29 de noviembre de 2008

El gran galán de este muy feliz cumpleaños

(Festejo de los diez años solista de Francisco Bochatón, en vivo en Niceto, 28 de noviembre de 2008) La propuesta era tan prometedora como atemorizante: Francisco Bochatón festejando sus diez años como solista con un recital en Niceto. Si se tenía en cuenta que en sus últimos shows venía haciendo equilibrio sobre la delgada línea del ridículo (o cayendo directamente en él) por su dudoso estado de sobriedad, en esta ocasión, en la que tenía una buena excusa para entregarse a los excesos, todo podía terminar en un desastre.

Sin embargo, “De Filias y Fobias” tenía que estar presente en dicho acontecimiento, al igual que tantos otros fieles seguidores de Bochatón. Porque cada cual tiene los ídolos que se merece. Y con quién nos sentiríamos mas identificados que con un anti-héroe como Francisco, que sube al escenario y nos hace ver cómo podríamos ser cualquiera de nosotros si estuviéramos en uno. Y si tuviéramos talento, claro esta.

El fracaso se hacia temer también al llegar al lugar, por la escasa cantidad de gente en la pista esperando desde las veintiún horas el inicio del recital, tal como estaba pautado. Pero a medida que avanzaba el tiempo, el público fue llegando y a las veintidós y tantas, cuando Bochatón subió al escenario, la cantidad de asistentes ya era considerable. Primera prueba superada.

El recital empezó titubeante, los primeros acordes no sonaban del todo bien, Francisco tampoco y sus intentos de jugar con el público haciéndolo cantar fracasaban rotundamente. Porque si bien sus indulgentes fans, hacen oídos sordos (literalmente) a sus pifies instrumentales y vocales, también lo hacen frente a cualquier pedido de demostración tribunera.

A medida que avanzaba la noche, el repertorio elegido por el ex Peligrosos Gorriones fue levantando a la gente y tapando las posibles imperfecciones con potencia. Canciones dignas de un festejo, para saltar y gritar, como “El gusano”, “Estacas” o “El gorila”, junto con versiones aceleradas y roqueritas de temas como “Tu voz se va” o “Te amo”, lograron que el público bochatoniano, generalmente apático, terminara saltando y coreando las letras, a un punto que ni el mismo Francisco parecía creerlo.

Los ya casi (¿tristemente?) famosos monólogos no podían faltar. Preguntando si alguien había llevado flores o una torta para regalarle por su cumpleaños, repitiendo una y otra vez que era una fiesta, y filosofando sobre su identidad como poeta, generaba respuestas efusivas de la gente, que hasta incluso le improvisó un feliz cumpleaños. Pero su stand up en esta ocasión se limitó a eso. Quizás por el hecho de haber brindado solo con agua mineral (al menos en el escenario) o porque estaba demasiado distraído disfrutando la respuesta del público a cada mínima invitación suya.

La noche subió de temperatura y calidad de canción en canción, a tal punto que hacia el final de la noche, la gente terminó coreando y haciendo pogo de una forma que, suponemos, Bochatón no habrá visto desde sus viejos tiempos con los Peligrosos Gorriones.

Tal vez en eso haya contribuido que cuatro de los últimos temas hayan sido clásicos gorrioneros como “Amo el Jardín”, “Siempre Acampa”, “Por tres monedas” o “Manicomio gris”.

La noche prometía tanto como lo que amenazaba. Por suerte los temores resultaron infundados y las promesas fueron cumplidas una por una. Tanto es asi que este recital podría ubicarse entre los mejores de los diez años de Bochatón como solista. Solamente le faltó una mayor cantidad de los temas “delicados”, pero se perdona porque era un cumpleaños y no podía andar deprimiéndose.
Una imagen vale mas que mil palabras






"Por tres monedas" Una demostración de la efusividad de la gente en el festejo, y una prueba de que uno se parece a sus ídolos: Si Bochatón desafina, la gente lo hace aún más.




"La Calle" Con Francisco y su verborragia a flor de piel.

26 de noviembre de 2008

Memorias del XXIII Festival de Cine de Mar del Plata



El peligroso camino hacia la belleza
Ashes of time Redux. Wong Kar-Wai (1994-2008)
Dicen que esta película le quitaba el sueño a Wong Kar-Wai. Dicen que desde que filmó la primera versión (al mismo tiempo que filmaba la impecable Chunging Express) nunca había quedado conforme, dicen que no le bastó con extender la filmación hasta lo intolerable (como de costumbre) ni con torturar a sus actores de siempre (como de costumbre, también). Dijo -él mismo al presentarla en Cannes- que ahora el público está preparado para verse una de samurais como dios manda y que era momento de dársela. Entonces el Sr. Wong se tomo el trabajo de filmar un par de escenas otra vez, de volver a editar algunos pasajes demasiado largos, cambiarle la banda de sonido y sacar a la luz otra vez la más desconocida de sus producciones.

No se puede decir que Ashes of time Redux sea una mala película, quizá sea más exacto decir que es demasiado buena. La historia legendaria de un asesino a sueldo a la oriental, a pesar de las catanas, las pelucas y los trajes de época conserva todas las marcas de las películas de WKW: la tortuosa historia de amor casi imposible- casi-, las tres o cuatro historias que se cruzan, las tomas enmarcadas que te hacen sentir como un espía, los objetos tratados temerariamente como si fueran actores y el uso antinaturalista de la cámara lenta y del ultra personal ralentine (que acá hace increíblemente interesante cada escena de lucha). Pero, a pesar de eso, o tal vez a causa de todo eso, la sensación que se tiene al ver la versión final de esta película de WKW es que no supo bien cuándo detenerse.
Nadie que guste de las películas de este director ignora que el camino hacia la estilización, el purismo de la imagen y el preciosismo obsesivo se venía tranformado en un viaje sin regreso. La aceleración un poco violenta de Fallen Angels y Chunging Express fue mutando a partir de Days of Being Wild y Happy Together a un trato obsesivo de la imagen y del guión que encontró su “punto caramelo” en In the Mood of Love, pero que ya se ubicaba en el límite de lo tolerable en 2046. El salto en el gran mercado hollywodense con My Blueberry nigths pareció desconcentrarlo – preocupado por armar ese monstruo con cara de comedia de Meg Ryan y cuerpo de cine de autor-. Pero, evidentemente, en su interior sospechaba que se podía llegar más lejos, y se sacó el gusto. Ashes of time Redux tiene el problema de estar demasiado bien filmada. En cada toma, la luz, la cámara, los colores, la fotografía parececen haber sido meditadas para cortar la respiración. Cada escena es voluntariamente una demostración de lo que puede la dupla WKW-Chris Doyle. Pero el resultado final termina pareciendo un catálogo de recursos estéticos (un catálogo pretencioso) que, lejos de conmover, satura, cansa y decididamente aburre.
Dicen que Paul Valery dijo que un poema no sé termina, se abandona. Después de ver esta “nueva” película de quien supo ser uno de los directores más interesantes del momento, no se puede evitar pensar que alguien - algún amigo bien intencionado- tendría que haberle soplado al oído ; “Che, Kar-Wai, no la toques más, dejala como está...”.

http://www.sonyclassics.com/ashesoftimeredux/trailer.html

24 de noviembre de 2008

Para pasar el calor

El calor se nos vino encima, ya no hay qué pueda evitarlo.... el famoso bochorno invade la ciudad y no queda otra que remarla lo mejor posible.

Con ese fin, el personal de De Filias y Fobias acerca hasta ustedes esta bonita canción de Jakobo, especial para escuchar con una copa de algo fresco en mano y ver el sol caer...

Disfruten, ardientes lectores de "Costa Rica" de Jakob Dylan....

11 de noviembre de 2008

El jueves vuelve House

Usted mencionó que cuando pensó en House, una de las influencias fue Sherlock Holmes, porque su personaje era un “detective médico”.
–Sí, esa era una de mis respuestas al principio, porque sentía que House era un personaje con muchas facetas. Para mí, Sherlock Holmes es uno de los iconos más grandes entre los personajes de ficción. Lo que más me gusta de él es que lo único que le importa es descubrir la verdad, con un enfoque frío y analítico que me parece muy interesante y que no he visto demasiado. Además está el hecho de que vivimos en una sociedad donde parece haber una batalla entre emoción e intelecto y que solemos inclinarnos por la emoción. Creo que a veces nos quedamos cortos con el intelecto. Y House ciertamente siente eso. Así que hemos hecho algunos guiños aquí y allá. El hecho de que House consuma drogas fue más una coincidencia, pero Holmes suena como “home” (hogar) y nuestro personaje es House (casa)... Su mejor amigo es Wilson, en lugar de Watson. Esos guiños son más para divertirnos que otra cosa, pero Sherlock Holmes sí fue una inspiración.
(David Share, creador de la serie)

10 de noviembre de 2008

Mucho, de todo


(Historias Extraordinarias. Mariano Llinás) Mariano Llinás anda zarpado. Su película, “Historias Extraordinarias” se despreocupa de todas las convenciones con las que nos sentamos habitualmente a ver cine, se burla de todas ellas y las deja de lado.

El primer gran desafío es el tiempo: el film dura más de cuatro horas. En las proyecciones que por estos días en el Malba, el propio director recibe a los espectadores y los advierte sobre la peculiaridad temporal. Inmediatamente proporciona unos cuantos datos duros y consejos para sobrellevar la aventura de pasarse tanto rato en el cine. H. E. está dividida en 18 capítulos (numeración práctica que le da seguridad de finitud al que siente que está viendo la remake de La Historia sin fin) y cuenta con dos intervalos para estirar las piernas y acudir a los lugares excusados. El mismo maestro de ceremonias también tira data sobre la dirección del kiosco más cercano donde los espectadores pueden hacerse de provisiones para no sucumbir de inanición antes del final.

La segunda es el uso, como principal herramienta narrativa, de la voz en off. Todos crecimos bajo el axioma que rezaba que si un cineasta tiene que echar mano a la voz en off es que no sabe filmar. Bueno, a Llinás le importa muy poco el principio y hace que el impulso de la película caiga en tres narradores. La mayoría de los diálogos, y casi toda la información necesaria para entender lo que sucede, tienen lugar en una suerte de fuera de campo visual y son confiadas a la palabra de los locutores. Las narraciones son las que le dan ritmo, nos ubican temporalmente, y funcionan como personajes omniscientes que nos cuentan lo que pasó, lo que va pasar e, incluso, lo que nunca pasará.

La tercera y última, es la desmesura, la desproporción, en el afán de contar historias. Parece que a Llinás no le alcanza la película para contar todo lo que quiere contar. Si bien hay tres historias principales que estructuran el film, estas se abren caprichosas en otras muchas otras, se dispersan y vuelven a su cause para después perderse. Desde los pueblos provincianos argentinos hasta Bombay o Alemania, nada es ajeno a la película, que demuestra que hasta en los lugares màs rutinarios o aburridos pueden suceder historias extraordinarias. Durante las cuatro horas, tramas complejas e historias mínimas conviven y se entremezclan, se viaja por sitios donde pasa mucho y otros en los que no pasa casi nada. En este punto, la obra a veces tira un poco demasiado de la cuerda y en cierto modo perjudica la solución del final (o los finales) porque se contó tanto, que el mira siente que la película podría tranquilamente continuar, y cualquier fin se vuelve artificial, casi una traición a su propia naturaleza.

Hay muchas otras cosas que deberían decirse de Historias Extraordinarias, pero se corre el peligro de caer en su mismo desborde de extensión, y los asientos frente a sus pc no son tan cómodos como los del malba. Basta con decir que es una película gallita, que provoca y que somete a prueba al que la ve y que vale la pena por cuatro horas de un domingo, ir y ponerle el pecho.