(39º,Lisandro Aristimuño) El año 2006 trajo una gran sorpresa: Lisandro Aristimuño. Un tipo de Río Negro, muy interesante, que con canciones sencillas, buenas letras y un sonido muy prolijo prometía sacudir un poco la música en Buenos Aires.
Llegó e hizo ruido enseguida. La cantidad de gente que iba a sus recitales crecía exponencialmente a cada show; no tardaron en hacerle entrevistas y notas en varios diarios. El famoso artista revelación.
En el 2007 salió su tercer disco y el resultado es desalentador. El muchacho parece que fue víctima de los elogios recibidos. Es un disco que explota cada uno de los estereotipos que usaron en el pasado para hablar bien de él: El chico del interior, el chico sensible, el chico experimental.
Explota tanto esos rasgos que los lleva al ridículo, por momento a la parodia. La sensación que da escuchar estos 39º es que Aristimuño equivocó el camino. Potenció detalles negativos que en los anteriores discos ya aparecían y disolvió los rasgos positivos que hacían que uno se los perdone.
Es un disco que perdió la simpleza en la música, y la profundidad en las letras. En más de un caso parece incluso una cargada: “Pez”, con su amasijo de voces, o “El búho” con los efectos de fondo que dan la sensación de que Lisandro se compró un sampler y estaba ansioso por estrenarlo.
También resulta obvio que el personaje de “chico sensible del interior” le dio resultado, porque en sus letras abundan las frases que parecen puestas para que uno recuerde que Lisandro Aristimuño es un chico de las provincias, que ama a su país. En “Me hice cargo de tu luz”, por ejemplo, con “me perdi en el azul de todo el cielo de Mendoza”, o “me hice cargo de tu luz, cortando el viento Zonda”, da la impresión de que hizo un taller con Leon Gieco.
También en muchos momentos confunde lo simple con lo chato. Como en "La despedida" –“¿Qué le voy a decir si se va?.... ¿Qué vuelva?... ¿Qué no?”-. Quizás si hubiese trabajado bien la letra sería una buena canción, pero así da la sensación de que improvisó con lo primero que se le vino a la cabeza.
Se pueden contar con los dedos de una mano (y sobrarían) los momentos en que Aristimuño alcanza el nivel de sus anteriores discos. Uno de esos ejemplos es “El plástico de tu perfume”, donde la orquestación esta muy bien elegida y la letra excelentemente trabajada. También podría considerarse dentro de ese grupo a “Tus Canciones”, casi en una tonada de cuna en su melodía, con una letra agradable.
Otro momento interesante del disco es “Para verte hoy”, que pese a empezar con los “famosos” gemidos de Aristimuño -¿Quién le habrá dicho que queda bien balbucear gemidos en una canción?- enseguida se recupera, y puede que sea el único ejemplo donde la “nueva” búsqueda de Aristimuño da resultado. Fuerte presencia de bases electrónicas, un sonido más cercano al pop y una buena letra.
Si fuera el disco de otra persona, la sensación sería mucho más agradable. Pero habiendo conocido sus anteriores discos ("Azules turquesas" y "Ese asunto de la ventana") y teniendo en cuenta la expectativa que había generado (se lo pensaba sucesor de Kevin Johansen o Jorge Drexler, o al menos era costumbre compararlo con ellos), uno esperaba mucho más de este tercer disco.
Hay músicos que se vuelven víctimas de su propio “éxito”. Como Miranda con su música para adolescentes y Leo García con su pop gay. A Lisandro Aristimuño se le subió a la cabeza el cantautor meloso del interior. Esperemos que para el próximo disco le baje un poco la fiebre, y vuelva a ofrecer algo nuevo.
Llegó e hizo ruido enseguida. La cantidad de gente que iba a sus recitales crecía exponencialmente a cada show; no tardaron en hacerle entrevistas y notas en varios diarios. El famoso artista revelación.
En el 2007 salió su tercer disco y el resultado es desalentador. El muchacho parece que fue víctima de los elogios recibidos. Es un disco que explota cada uno de los estereotipos que usaron en el pasado para hablar bien de él: El chico del interior, el chico sensible, el chico experimental.
Explota tanto esos rasgos que los lleva al ridículo, por momento a la parodia. La sensación que da escuchar estos 39º es que Aristimuño equivocó el camino. Potenció detalles negativos que en los anteriores discos ya aparecían y disolvió los rasgos positivos que hacían que uno se los perdone.
Es un disco que perdió la simpleza en la música, y la profundidad en las letras. En más de un caso parece incluso una cargada: “Pez”, con su amasijo de voces, o “El búho” con los efectos de fondo que dan la sensación de que Lisandro se compró un sampler y estaba ansioso por estrenarlo.
También resulta obvio que el personaje de “chico sensible del interior” le dio resultado, porque en sus letras abundan las frases que parecen puestas para que uno recuerde que Lisandro Aristimuño es un chico de las provincias, que ama a su país. En “Me hice cargo de tu luz”, por ejemplo, con “me perdi en el azul de todo el cielo de Mendoza”, o “me hice cargo de tu luz, cortando el viento Zonda”, da la impresión de que hizo un taller con Leon Gieco.
También en muchos momentos confunde lo simple con lo chato. Como en "La despedida" –“¿Qué le voy a decir si se va?.... ¿Qué vuelva?... ¿Qué no?”-. Quizás si hubiese trabajado bien la letra sería una buena canción, pero así da la sensación de que improvisó con lo primero que se le vino a la cabeza.
Se pueden contar con los dedos de una mano (y sobrarían) los momentos en que Aristimuño alcanza el nivel de sus anteriores discos. Uno de esos ejemplos es “El plástico de tu perfume”, donde la orquestación esta muy bien elegida y la letra excelentemente trabajada. También podría considerarse dentro de ese grupo a “Tus Canciones”, casi en una tonada de cuna en su melodía, con una letra agradable.
Otro momento interesante del disco es “Para verte hoy”, que pese a empezar con los “famosos” gemidos de Aristimuño -¿Quién le habrá dicho que queda bien balbucear gemidos en una canción?- enseguida se recupera, y puede que sea el único ejemplo donde la “nueva” búsqueda de Aristimuño da resultado. Fuerte presencia de bases electrónicas, un sonido más cercano al pop y una buena letra.
Si fuera el disco de otra persona, la sensación sería mucho más agradable. Pero habiendo conocido sus anteriores discos ("Azules turquesas" y "Ese asunto de la ventana") y teniendo en cuenta la expectativa que había generado (se lo pensaba sucesor de Kevin Johansen o Jorge Drexler, o al menos era costumbre compararlo con ellos), uno esperaba mucho más de este tercer disco.
Hay músicos que se vuelven víctimas de su propio “éxito”. Como Miranda con su música para adolescentes y Leo García con su pop gay. A Lisandro Aristimuño se le subió a la cabeza el cantautor meloso del interior. Esperemos que para el próximo disco le baje un poco la fiebre, y vuelva a ofrecer algo nuevo.
No es por decir pero...
¿No tiene una madre que le diga que…?
¿No tiene una madre que le diga que…?
*... poner cara de niño amoroso en recitales, más que jugarle a favor hace que uno tenga ganas de patearle la cara.
*... esta perfecto gemir y balbucear cuando compones, es mas facil estructurar una melodía sin preocuparse en la letra. Pero una vez que la cancion esta hecha….gemir queda feo… mas si te gemis 5 horas por recital.
*... esta muy bien que quiera mucho a su hermana… Pero basta de hacerla zapatear en los recitales, somos gente grande.
11 comentarios:
Recién llego a este blog, Javi ¡muy bueno!!
Me reí un poco con eso de "gemirte cinco horas" por recital, o hacer zapatear a la hermana ahí..(cualquier parecido con la hermana de Soledad, es mera coincidencia...la pobre chica jamás tuvo voz que ofrecer, y sin embargo la encajaron ahí, medio de prepo...)
En fin, nunca escuché al muchacho, pero ya no me dan muchas ganas de hacerlo. Quizás busque algo anterior a este momento febril de su vida, ¿quién sabe?..quizás haya cosas rescatables, como vos decías.
Saluditos y nos leemos :)
Ibidem Daniela: muy bueno el blog!
Concuerdo en q lo q lo hizo interesante para mí en un principio lo perdió, las caritas para levantar minitas ya dan ganas de pegarle, no queda tierno, parece un gil! los gemidos... basta! y la hna zapateando... aaaaaahhhhhh!!
También quiero agregar a la lista de cosas q "ya están" de Aristimuño: el clima de cancha q quiere despertar cada vez q canta el verso "q viva la revolución". El silencio q hace para q el público cante ese verso... ya fue! cuantas veces más vas a gastar ese recurso!?
Con respecto al siguiente fragmento: “Para verte hoy”, que pese a empezar con los “famosos” gemidos de Aristimuño -¿Quién le habrá dicho que queda bien balbucear gemidos en una canción?-: aclaro, no son "gemidos" o "balbuceos" de Aristimuño, es la voz sampleada de una canción mapuche.
Saludos
Juan MArtín
A los gemidos no me refiero a ese caso puntual, sino a una sana costumbre, que si lo ves en vivo, sabras q tiene en los recitales.
JAja, ok, sé a lo que te referís.. a mi no me disgusta. Igual, me divierte mucho tu estilo corrosivo aunque a veces no comparta el criterio. SAludos!
Juan Martín
Pd: escuchaste el último disco de Mariana Baraj, "Margarita y Azucena"? Lo produce Aristimuño
Nop... pero no sabia que reseñar en mi proxima entrada... ahora me lo bajo a ver q onda, ¿se consigue en el querido Soulseek?
daaaaaaaale javi para tanto?
AGUANTE ARISTI
besos
ju
loco sos manso gato, no te hagas el loco con Lisandro, que te quemo la casa wacho
Quien es el idiota que escribio ese comentario de Aristimuño? Flaco si no tenés la capacidad de apreciar la buena música cayate y dedicate a otra cosa...no se ponete a limpiar porque para esto no servis.
Hola Anónimo
Soy el idiota que escribio "ese comentario de Aristimuño"
Si este disco de Aristimuño (hace años que no escucho un disco de èl) es la "buena musica", con mucho gusto tomo tu consejo de dedicarme a otra cosa... no se, por ejemplo a escuchar mala musica.
¿Lo de "cayate" es por lo de limpiar? Digo, ¿queres que limpie hasta que me salgan cayos?
Un abrazo y gracias por comentar, flaco.
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