23 de octubre de 2007

Volver al futuro

(Soda Stereo. Estadio de River. 19 de octubre de 2007) Cuando saqué la entrada para ver a Soda Stereo en River era conciente de que había comprado la llave para abrir un baúl del que no había certeza sobre la calidad del contenido.
Por suerte (o a veces por desgracia, para qué negarlo) los años no pasan en vano, y 10 son realmente muchos años, aún para la música. Los discos de Soda habían sido prudentemente archivados y hacía tiempo que estaban juntando polvo, así que el reencuentro con sus canciones, sujetas a ahora a revisión, iba a operar, sin anestesia en en el campo del estadio. Corría serio peligro de que todo sonara a viejo, de sentir la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser fan de Soda Stereo.
Cerati, Bosio y Alberti, propulsados a fuerza de millones de dólares, tuvieron la sabiduría de ofrecerse como catalizadores para los que íbamos a ver qué onda con Soda ahora. Por eso, toda la noche dio la impresión de que lo verdaderamente importante no ocurría en el escenario, sino entre el público, que saltaba y coreaba cada tema.
Y yo, una más en la masa, al abrir el baúl, encontré de todo. Canciones con olor a moho (Nada Personal, Cuando pase el temblor, Un millón de años luz, Corazón delator!!) que en su momento decían mucho y ahora suenan viejas, y hasta un poco grasas. Pero lo más importante, y lo que decidió definitivamente el saldo positivo de la experiencia, fue el reencuentro con otros temas inoxidables y efectivos al cien por ciento, ADN total de hit de hoy y de siempre (Juegos de Seducción, Persiana Americana, Danza Rota, Prófugos, Picnic en el 4to.B) y la sorpresa de descubrir letras que, lejos de envejecer, el tiempo- o la madurez del oyente- resignificó y valorizó aún mucho más (Signos, Imágenes retro, En remolinos, En Camino).
“Me verás volver”, decía la promoción, y los vimos volver a los Soda nomás. Más viejos, más pelados, más especuladores, más millonarios. Pero también, y capaz a pesar de ellos, con el peso de tener que compartir su historia con los inversionistas que les compramos los discos y las entradas. Para nosotros, que lo vivimos con gozo, desinterés e inocencia, la noche resultó una fiesta.


No es por decir, pero…

* La que tocaba la batería: ¿era la tía gorda y canosa de Charly Alberti? Y continuando con el tópico: en todos estos años, ¿no aprendió a tocar un poco mejor la batería?
* ¿ Qué fue del Club de la Furia? En qué geriátrico estarán internados sus fundadores?
* ¿ Cerati se habrá hecho el implante capilar “pelo por pelo”? Esos rulos al viento no resisten el archivo, no jodamos, algo se puso!! Hay quien asegura que pasó por pelucas Possi.
* ¿ Habrá estado Débora del Corral en el backstage?






1 comentario:

Nahuel Merino dijo...

una generación que se reencuentra con su música y otras tantas que empiezan a vivirla. Yo quedé en el medio.
Un saludo