(Manuel Moretti, en vivo en El Nacional, 17 de julio del 2008) Había pasado la noche en vela. Manuel Moretti dijo que sentó en una silla a su vaso de whisky para que le haga compañía y siguió hasta el final el debate por las retenciones en el Senado. Unas horas después, sin haber pegado un ojo, estaba cantando en San Telmo.
Quienes exigían afinación y complejidad instrumental no estaban en un buen lugar. Despojado de la máscara rockerita de Los Estelares, Moretti se sobrexpuso en soledad con su guitarra y sus canciones. Dos o tres acordes, su voz y su humor maltratados por el insomnio, acompañaron un recital en el que la fuerza estuvo en la poesía y la sonoridad de las palabras.
Las canciones solistas de Moretti podrían ser letras de tangos. Hablan de ciudades, viajes, abandonos y melancolías. Describen paisajes y estados de ánimo, dejan al autor con el alma en paños menores, y provocan una mezcla de incomodidad y placer para el que las escucha. El repertorio recorrió temas del disco “La mañana del aviador”, algunos inéditos y canciones viejas de Estelares.
Incluyó “Julia”, “Compro Flores”, “Autobuses”, “Línea D”, todas composiciones que muestran el embrión de Estelares, los momentos de un repertorio imposible de encajar, por suerte, en las listas de alta rotación de las FM.
Terminaba la noche, el alcohol había corrido con generosidad, tanto sobre el escenario como entre el respetable auditorio, que ya no podía ser tal. El cantante de Los Estelares había olvidado su inhibición y el público su recato. Todos cerraron el recital cantando a los gritos en un karaoke borracho. Es que los efluvios etílicos liberan todos los músculos, el corazón sobre todo…
Para muestra, sobra un botón...
Incluyó “Julia”, “Compro Flores”, “Autobuses”, “Línea D”, todas composiciones que muestran el embrión de Estelares, los momentos de un repertorio imposible de encajar, por suerte, en las listas de alta rotación de las FM.
Terminaba la noche, el alcohol había corrido con generosidad, tanto sobre el escenario como entre el respetable auditorio, que ya no podía ser tal. El cantante de Los Estelares había olvidado su inhibición y el público su recato. Todos cerraron el recital cantando a los gritos en un karaoke borracho. Es que los efluvios etílicos liberan todos los músculos, el corazón sobre todo…
Para muestra, sobra un botón...
1 comentario:
que capo!
soy platense y en lo personal siempre me gustaron las canciones de los estelares, pero lo que mas me gustaba era ir a verlo a este ser a sus shows íntimos de guitarra, vaso y voz, canciones despojadas y mucha cercanía con el público, algo con lo que flasheaba y a lo que con el tiempo me terminé dedicando, esas noches que hoy recuerdo como una especie de ¨clases de canciones¨.
en junio de este año empezamos con amigos un ciclo en un bar de la plata orientado con obsesión y urgencia a las canciones de autor y no somos pocos los admiradores de, como yo le llamo, el gordo moretti.
un abrazo y grata sorpresa el blog
pablo vidal
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