Torrente 4, Lethal crisis, Santiago Segura, España, 2011- No es necesario emitir juicio sobre Torrente. No es necesario e, incluso, es superfluo. Pero la experiencia de asistir a Torrente 3 D en el marco del Bafici y mucho más aún a las 10.30 de la mañana, sobria y sin amigos alrededor es única y merece ser recordada.
Por Cecilia Simeoni
La película es más de lo mismo, un compendio de humor alegremente vulgar , xenofobia y sexismo que resulta tan gracioso (aún sobrio, recién levantado y rodeado de cinéfilos) que pone fuera de cuestión todo asunto fílmico asociado a la realización o construcción del film.
Lo que se puede decir es que Santiago Segura es implacable en la construcción de su James Bond castizo y decadente y que después de la primera o la segunda Torrente en tu vida, no te que da más que sentarte ante la pantalla, suspender el juicio y entregarte a lo más adolescente y primitivo de uno para morirse de risa.
El 3D , realmente, es un detalle accesorio que no hace más ni menos gracioso el producto final. Aunque la audiencia cinéfila de la función de prensa recibió con algarabía el fogonazo de un pedo prendido como lanzallamas y unas tetas que parecían al alcance de la mano. Incluso una reputada intelectual (que solía ser de izquierda y ahora es columnista en la revista de La Nación) rió a prótesis batiente cuando Torrente dijo que para el trabajo sucio era mejor contar con la mano de un compadre... como para una pajilla.
No se puede saber bien por que Torrente funciona tan bien con un producto tan cercano a Midachi o a Sofovich. Quizás porque hablado en gallego nos resulta mas gracioso, quizás porque apela al guarro que todos llevamos dentro . Pero Torrente 4,Lethal crisis es la demostración de que Segura puede hacer reír hasta las piedras o lo que es lo mismo a un grupo de críticos que esperaba los títulos para correr a ver lo último en critica social de un director japonés.
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