(Festejo de los diez años solista de Francisco Bochatón, en vivo en Niceto, 28 de noviembre de 2008) La propuesta era tan prometedora como atemorizante: Francisco Bochatón festejando sus diez años como solista con un recital en Niceto. Si se tenía en cuenta que en sus últimos shows venía haciendo equilibrio sobre la delgada línea del ridículo (o cayendo directamente en él) por su dudoso estado de sobriedad, en esta ocasión, en la que tenía una buena excusa para entregarse a los excesos, todo podía terminar en un desastre.
Sin embargo, “De Filias y Fobias” tenía que estar presente en dicho acontecimiento, al igual que tantos otros fieles seguidores de Bochatón. Porque cada cual tiene los ídolos que se merece. Y con quién nos sentiríamos mas identificados que con un anti-héroe como Francisco, que sube al escenario y nos hace ver cómo podríamos ser cualquiera de nosotros si estuviéramos en uno. Y si tuviéramos talento, claro esta.
El fracaso se hacia temer también al llegar al lugar, por la escasa cantidad de gente en la pista esperando desde las veintiún horas el inicio del recital, tal como estaba pautado. Pero a medida que avanzaba el tiempo, el público fue llegando y a las veintidós y tantas, cuando Bochatón subió al escenario, la cantidad de asistentes ya era considerable. Primera prueba superada.
El recital empezó titubeante, los primeros acordes no sonaban del todo bien, Francisco tampoco y sus intentos de jugar con el público haciéndolo cantar fracasaban rotundamente. Porque si bien sus indulgentes fans, hacen oídos sordos (literalmente) a sus pifies instrumentales y vocales, también lo hacen frente a cualquier pedido de demostración tribunera.
A medida que avanzaba la noche, el repertorio elegido por el ex Peligrosos Gorriones fue levantando a la gente y tapando las posibles imperfecciones con potencia. Canciones dignas de un festejo, para saltar y gritar, como “El gusano”, “Estacas” o “El gorila”, junto con versiones aceleradas y roqueritas de temas como “Tu voz se va” o “Te amo”, lograron que el público bochatoniano, generalmente apático, terminara saltando y coreando las letras, a un punto que ni el mismo Francisco parecía creerlo.
Los ya casi (¿tristemente?) famosos monólogos no podían faltar. Preguntando si alguien había llevado flores o una torta para regalarle por su cumpleaños, repitiendo una y otra vez que era una fiesta, y filosofando sobre su identidad como poeta, generaba respuestas efusivas de la gente, que hasta incluso le improvisó un feliz cumpleaños. Pero su stand up en esta ocasión se limitó a eso. Quizás por el hecho de haber brindado solo con agua mineral (al menos en el escenario) o porque estaba demasiado distraído disfrutando la respuesta del público a cada mínima invitación suya.
La noche subió de temperatura y calidad de canción en canción, a tal punto que hacia el final de la noche, la gente terminó coreando y haciendo pogo de una forma que, suponemos, Bochatón no habrá visto desde sus viejos tiempos con los Peligrosos Gorriones.
Tal vez en eso haya contribuido que cuatro de los últimos temas hayan sido clásicos gorrioneros como “Amo el Jardín”, “Siempre Acampa”, “Por tres monedas” o “Manicomio gris”.
La noche prometía tanto como lo que amenazaba. Por suerte los temores resultaron infundados y las promesas fueron cumplidas una por una. Tanto es asi que este recital podría ubicarse entre los mejores de los diez años de Bochatón como solista. Solamente le faltó una mayor cantidad de los temas “delicados”, pero se perdona porque era un cumpleaños y no podía andar deprimiéndose.
Una imagen vale mas que mil palabras
"Por tres monedas" Una demostración de la efusividad de la gente en el festejo, y una prueba de que uno se parece a sus ídolos: Si Bochatón desafina, la gente lo hace aún más.
"La Calle" Con Francisco y su verborragia a flor de piel.