26 de febrero de 2009

El futuro llegó hace rato

De Filias y Fobias, siempre en la avanzada de la cultura y el espectáculo, vio y criticó hace rato Death Proof, la peli de Tarantino que se estrenó esta semana en los cines de Buenos Aires.

Para los que quieran repasar los conceptos allí vertidos, y para los que infame y desaprensivamente decidieron no leer ese post en su momento, les dejamos el link acá para que accedan a la nota.

22 de febrero de 2009

Un muchacho y una guitarra

(Madera y poca luz, Espaldamaceta) No es mucho más que eso lo que uno puede encontrar en este álbum debut de José Juan Gonzáles, bajo el seudónimo de Espaldamaceta. El que piense que es demasiado poco, debería detenerse a escuchar Madera y poca luz, para darse cuenta de lo complejo que puede llegar A ser algo tan simple.


La misma canción que abre el LP es una declaración de principios, con un titulo incluso violentamente desasosegado, como Ahora que la mierda ya me llega hasta los ojos. Los primeros sonidos son los de una guitarra española, que con unos acordes muy simples y un ritmo constante, prepara el camino para la voz de Gonzáles. Una voz que acompaña a la perfección la melancolía de las letras y la guitarra, con un tono bien hispanico, con ecos lejanos de flamenco, que prácticamente llora las canciones. Para dejar clara esta influencia, incluso se da el gusto de cantar una canción típica catalana, como Cançó de bressol.

Una vez pautadas las reglas del disco con esa primera canción manifiesto, pocas cosas cambian a medida que se suceden los temas. Se acerca y se aleja por momentos de los sonidos netamente españoles, coqueteando con el estilo clásico de cantautor/trovador, pero sin caer nunca en los vicios dignos de ese género. A excepción tal vez de Las generaciones, una oda a las madres que a pesar de tener escondidas un par de metáforas más que agradables, es bastante cursi y hace sospechar un Edipo mal resuelto en Gonzáles. O Quise la revolución, una canción de protesta, escrita en un tono irónico, que trae recuerdos de Botas locas de Sui Generis.

Si algo puede criticársele a Espaldamaceta es lo cansadoras que pueden convertirse algunas composiciones, como No hay por qué sufrir tanto amor o Hay gente, que si bien mantienen el nivel poético, quizás incluso superando a las demás del disco, en la instrumentación pueden llegar a ser agobiantes de tan monótonas. Pero para rebatir esa critica están los temas como Evitarte para conservarte o Y no voy a darte mas (sin dudas el hit del disco) que sin dejar de lado la temática oscura y descorazonadora, presentan melodías mas amables, incluso pegadizas y contagiosas.

Cualquier otra cosa que se diga sobre este álbum sobraría, ya que habla por si mismo. Solamente queda recomendarlo para cuando se necesite una música sutil y tímida, que no violente los oídos. O para tirarse en la cama con los ojos cerrados, a escuchar lindas canciones para dejarse llevar por bellas letras.

17 de febrero de 2009

Un lindo video




La letra de la canción no tiene que ver demasiado con las imágenes del video, pero ambas son muy lindas. Los invitamos a disfrutar de La Mitad de Nuestras Vidas, de los españoles La Buena Vida

11 de febrero de 2009

Me darás mil hijos

Cuenta la leyenda que el cantante de The Killers trabajaba como cocinero en un restaurant de Las Vegas al que un buen día llegó Morrissey a almorzar. Maravillado por la presencia del astro de la melancolía, el por entonces proletario Brandon Flowers , no se animó a acercarse a su ídolo, pero no pudo evitar seguir con los ojos cada uno de sus movimientos mientras trabaja cortando pan con una enorme cuchilla. Se sabe que Morrissey es por demás aprensivo, y lejos de agradecer la muestra de admiración de su fan gastronómico, mandó a dos guardaespaldas a reprimirlo y huyó asustado del lugar, convencido en que un cocinero psicópata estaba afilando su arma para achurarlo. Años después Killers grabaron un cover de “Why don´t you find out for yourself” y Flowers se dió el gusto de homenajear al gran Mozz de una manera menos accidentada.

Muchos otros músicos admiran a Morrissey, pero esa influencia no se limita a la mera referencia o inspiración, sino que caminan en el peligroso borde de convertirse en bandas tributo al mancuniano más famoso. Hay muchas, pero hoy, De Filias y Fobias les pasa solamente algunas de muestra para que examinen, comparen y consuman a gusto. ¿Sabrán sus novias que escuchamos Morrissey?

1. Northern Portrait: Desde el lado nórdico de la vida, estos daneses se calzan los guantes blancos para ponerse bajo la advocación de Morrissey (miren la tapa de uno sus discos acá). Sin embargo sus dos EP The Fallen Aristocracy y Napoleón Sweetheart están bastante bien y merecen escucharse.



2. Math and Physics Club: en la lluviosa Seattle también le meten mano a Mozz. Mechados con un poco de Belle and Sebastian (a los que en este post les perdonamos la vida, pero…), los MPSC hacen canciones morrisonianas para enamorarse o escuchar un día de nublado.

3. The Lucksmiths: estos australianos hasta llevan la marca en el nombre. Nuestros amigos entran en la causística por la voz del cantante. A quien les hace acordar?

4. Bradford: chiste irónico de quien se mira demasiado al espejo, el propio Morrissey se volvió admirador de Bradford. Conocido por su narcisismo, Mozz no podía otra cosa que hacerse fan de alguno de sus propios clones. Magnánimo con sus Salieris, los llevó de teloneros de su primer gira solista y para un disco de lados B, grabó un cover de esta banda a la que le prestó su aterciopelada voz. Acá va la versión original:

Cats on fire: volvemos a las tierras cercanas al Polo y de ahí salen estos finlandeses que andan disfrazados de personajes de los videos de The Smiths y que tienen un cantante que emula en su tono al protagonista inspirador de este post.

6. Days: volvemos a Suecia para encontrar a estos que encuentran en el romanticismo agridulce su inspiración para sonar lo más parecido al mismísimo hombre de la cabeza grande y el jopo.

7. Popundre este es el caso más escandaloso. Si no fuera por el nombre raro y que su sello discográfico está domiciliado en Suecia, se podría decir que los mismísimos Smiths se volvieron a juntar en los 90 para hacer discos de menos calidad y cantados con una voz más pedorra. Escuchen si no me creen, escuchen un pedacito de canción acá

8. La buena vida: por último, una arbitrariedad: aunque los aires de esta banda de San Sebastián no son ajenos para nada al tema que nos ocupan, resultaría injusto acusarlos de “demasiada influencia”. Sin embargo, hay una perla en el álbum llamado precisamente “Álbum” que nos linkea directamente a The Smiths y acá se los dejo de despedida, además, porque está buena para escuchar:

4 de febrero de 2009

Si volviera el uno a uno....

En abril sin duda nos estaríamos tomando un avión para el Coachella. Miren el line-up....


3 de febrero de 2009

Sur o no sur


(Radio Ciudad Perdida, Daniel Alarcón. Ed. Alfaguara 2008) Suele decirse que al momento de leer una obra, hay que intentar dejar de lado los datos biográficos del autor, que el análisis debe hacerse siempre dentro del campo que delimita la propia obra.

En el caso de Radio ciudad perdida esto es sumamente difícil. Es complicado perder de vista la procedencia latinoamericana del escritor (es hijo de peruanos) y mas difícil aun es perder de vista el país donde creció y donde realiza su carrera, los Estados Unidos.

Mas allá de que evita nombrar el país donde transcurren los hechos, es evidente que estos están basados en las dictaduras latinoamericanas. Esta ambientada diez años después de finalizada una guerra entre el gobierno dictatorial y un grupo “terrorista” que se le opone. Norma, la protagonista de la novela, conduce un programa de radio donde ayuda a la gente a buscar a los desaparecidos por el conflicto, entre los que se encuentra su propio marido. Un día aparece un chico en la radio para entregarle una lista con los desaparecidos del pueblo de la selva al que pertenece y ella termina haciéndose cargo de èl. La lista va terminar siendo el detonante para que la protagonista retome la búsqueda de información sobre el destino su marido.

Durante toda la obra uno se pregunta qué tan fiel a la realidad quiso ser Daniel Alarcón en su novela. Por momentos se plantean ciertas hipérboles que hacen pensar que la realidad es solamente un pie para ficcionalizar. Pero en otros uno llega a pensar que realmente el libro esté planeado como una suerte de retrato de lo que significaron esos años en los países de Sudamérica, en especial en el Perú natal de Alarcón. Los agradecimientos finales, donde agradece la ayuda que le brindaron en “la investigación” que realizó para escribirla, vuelcan la balanza hacia la segunda opción.

Esto sería un aspecto menor, si la misma tensión que se refleja en su manera de ver la historia que cuenta, no se repitiera en su forma de contarla. El conflicto está retratado bajo una pretendida objetividad, pero detrás de esa objetividad se esconde un juicio de valor general sobre ambos “bandos” que coincide con la visión norteamericana: El gobierno es violento indiscriminadamente, y la oposición son simples terroristas sin un objetivo claro, más que el de generar terror. El pueblo no es más que una masa que lejos de entender y tomar partido en el conflicto, se deja llevar por el populismo.

Este marco general, en su simpleza, contrasta y distorsiona en parte la construcción de los protagonistas, que individualmente está muy bien lograda. Son personajes profundos y complejos. Su relación con el conflicto es ambivalente, guiada por los intereses y la perspectiva de cada uno.

Estructuralmente existe una puja similar entre simpleza y complejidad. Al leer un capítulo de forma aislada, uno se encuentra con una narrativa directa y sencilla., sumamente fácil de leer. Pero al poner en relación los capítulos unos con otros, sale a la luz un enlazado sumamente complejo. La perspectiva se mueve de un personaje a otro, avanzando y retrocediendo en el tiempo.

Alarcón realiza un juego de luces y sombras, dosificando la información que da sobre la historia de cada personaje, cuidando de revelar los datos de manera tal que uno se identifica a cada momento con un protagonista distinto. En determinados momentos de la novela aplica ese entrelazado dentro de un solo capitulo, mezclando dos escenas diferentes y generando una tensión sumamente envolvente.

La traducción de la obra es todo un mérito en si misma. A pesar de que el autor escribe en ingles, se vio involucrado activamente en el pasaje al español. Gracias a eso, lo que pudo haber sido un neutro pasaje de idioma, se transforma en toda una reescritura, que recupera expresiones y modismos de su país natal. La contratara de esta cuidada traducción, es la denigrante edición. Está minada de errores de tipeo, redacción y gramática, dignos de una mala edición pirata. Evidentemente nadie se tomó siquiera el trabajo de releerla antes de mandar a imprimir.
Daniel Alarcón, en Radio ciudad perdida muestra la esquizofrenia ideológica y literaria que se supone natural en un escritor que quiera abrirse paso en los Estados Unidos. Por su formación o por simple interés de satisfacer a sus eventuales lectores, a pesar de querer recuperar sus orígenes, termina reflejando una ideología simplista digna del país del norte. Literariamente, aunqye demuestra tener recursos suficientes, da la impresión de no haber podido (o querido) evitar cierto tufo “pasatista”. Principalmente en el desarrollo de la historia, que por momentos parece sacada del argumento de alguna novela de la tarde.