(Emoción Homicida, Flopa) Después de un par de años de amagues y de presentar en vivo un álbum que jamás salía a la luz, Flopa se decidió y saco a la calle su segundo disco, “Emoción Homicida”. Esta demora evidentemente le hizo bien al trabajo que se nota cuidado al detalle para que suene lo mejor posible.
Pero el tiempo de espera resultó un arma de doble filo. Por un lado estaban presentes las ventajas de presentar un trabajo de forma paciente, pero por otro lado corría el riesgo de que las canciones se volvieran viejas. Los seguidores de Flopa, durante estos años, en cada recital pudieron escuchar los temas . Incluso por la Red hacía casi un año que daba vueltas un recital con prácticamente la misma lista de canciones que este disco. Pero el cuidado puesto en el sonido, y un cambio absoluto en el formato de la banda –pasó de acompañarse sólo con guitarras a una formación mas estándar- hicieron que las canciones suenen prácticamente irreconocibles.
Florencia Lestani tiene buenas amistades en el ambiente independiente porteño y no se preocupo en disimularlo en este disco. Empezando por la producción de Juan Ravioli; siguiendo por las guitarras de Kabusacki en todas las canciones; la participación de Manza en tres temas y de Minimal en “Abandona”. La lista se cierra con Pablo Grinjot orquestando “La luz” y los coros de Gabo Ferro y Florencia Ruiz en “La luz” y “Abandona”. La “selección” no es para nada despreciable y eso contribuye en la calidad general de las composiciones.
El álbum esta compuesto por trece canciones, que van desde el optimismo más sano –el tema pop “Total” o el más rockerito “Vestiditas de Sábado”-, hasta la depresión melancólica mas profunda – “Abandona”, “Sangre fría” y “Una vez detrás de otra”-, pasando por temas iracundos dignos de ser gritados con ganas –“La rabia” y el apocalíptico “Esta canción va a terminar mal”-.
Las letras, aunque con altibajos, tienen algunos momentos especialmente buenos, como “Una vez detrás de otra”. De todas formas, Flopa tiene el merito de que mas allá del nivel de su poesía, esta suena sincera. Es decir, son letras sencillas, con un lenguaje simple, creíble, que ayudan a que la canción, más alla de su calidad, siempre suene agradable.
“Emoción Homicida” sigue fiel al estilo que Florencia mostró en sus anteriores trabajos, tanto en la formación “Flopa, Manza, Minimal” como en su anterior disco solista “Dulce, fuerte, grave”, canciones sencillas, algunas más tranquilas, otras más rabiosas.
Su voz, igual que en los otros trabajos, es su rasgo característico. Los que no la tienen entre sus músicos preferidos, señalan ese factor como la gran contra de Flopa. Su forma de cantar gruesa, casi agresiva, suele molestar. Pero la verdad es que sin ese rasgo sus canciones serian totalmente diferentes. Su voz es la que termina de darle sentido a sus composiciones, agregándoles una emotividad furiosa.
La evolución entre sus trabajos es evidente y la elección de sumar más músicos a su formación le sentó perfectamente . Es un disco digno de ser escuchado, tanto por los que la vienen siguiendo desde tiempos remotos, como por los que no la conocen. Incluso quienes hasta ahora no se vieron seducidos, tendrían que darle una oportunidad a este álbum, que podría ser considerado uno de los discos del año que acaba de terminar.
Pero el tiempo de espera resultó un arma de doble filo. Por un lado estaban presentes las ventajas de presentar un trabajo de forma paciente, pero por otro lado corría el riesgo de que las canciones se volvieran viejas. Los seguidores de Flopa, durante estos años, en cada recital pudieron escuchar los temas . Incluso por la Red hacía casi un año que daba vueltas un recital con prácticamente la misma lista de canciones que este disco. Pero el cuidado puesto en el sonido, y un cambio absoluto en el formato de la banda –pasó de acompañarse sólo con guitarras a una formación mas estándar- hicieron que las canciones suenen prácticamente irreconocibles.
Florencia Lestani tiene buenas amistades en el ambiente independiente porteño y no se preocupo en disimularlo en este disco. Empezando por la producción de Juan Ravioli; siguiendo por las guitarras de Kabusacki en todas las canciones; la participación de Manza en tres temas y de Minimal en “Abandona”. La lista se cierra con Pablo Grinjot orquestando “La luz” y los coros de Gabo Ferro y Florencia Ruiz en “La luz” y “Abandona”. La “selección” no es para nada despreciable y eso contribuye en la calidad general de las composiciones.
El álbum esta compuesto por trece canciones, que van desde el optimismo más sano –el tema pop “Total” o el más rockerito “Vestiditas de Sábado”-, hasta la depresión melancólica mas profunda – “Abandona”, “Sangre fría” y “Una vez detrás de otra”-, pasando por temas iracundos dignos de ser gritados con ganas –“La rabia” y el apocalíptico “Esta canción va a terminar mal”-.
Las letras, aunque con altibajos, tienen algunos momentos especialmente buenos, como “Una vez detrás de otra”. De todas formas, Flopa tiene el merito de que mas allá del nivel de su poesía, esta suena sincera. Es decir, son letras sencillas, con un lenguaje simple, creíble, que ayudan a que la canción, más alla de su calidad, siempre suene agradable.
“Emoción Homicida” sigue fiel al estilo que Florencia mostró en sus anteriores trabajos, tanto en la formación “Flopa, Manza, Minimal” como en su anterior disco solista “Dulce, fuerte, grave”, canciones sencillas, algunas más tranquilas, otras más rabiosas.
Su voz, igual que en los otros trabajos, es su rasgo característico. Los que no la tienen entre sus músicos preferidos, señalan ese factor como la gran contra de Flopa. Su forma de cantar gruesa, casi agresiva, suele molestar. Pero la verdad es que sin ese rasgo sus canciones serian totalmente diferentes. Su voz es la que termina de darle sentido a sus composiciones, agregándoles una emotividad furiosa.
La evolución entre sus trabajos es evidente y la elección de sumar más músicos a su formación le sentó perfectamente . Es un disco digno de ser escuchado, tanto por los que la vienen siguiendo desde tiempos remotos, como por los que no la conocen. Incluso quienes hasta ahora no se vieron seducidos, tendrían que darle una oportunidad a este álbum, que podría ser considerado uno de los discos del año que acaba de terminar.