(Lectura de poesía de Editorial Vox en Santiago Arcos) La cita era a las diecinueve y treinta, pero solo una mente ingenua podría pensar que el asunto iba a ser puntual. Recién a las veinte abrieron la puerta y como es obvio en estas ocasiones, fue necesario esperar una larga hora mientras los protagonistas directos e indirectos se dedicaban a sociabilizar y hacer notar su presencia.
Lo bueno fue que el vino no faltó y al ser una librería, era fácil distraerse ojeando las estanterías. Eso si, de acercarse a la mesa donde se encontraban los libros de Eloisa Cartonero, debía tenerse mucho cuidado, porque estaba custodiada por dos chicas que no dudaban ni un minuto en acosar a cualquier observador desprevenido vociferando las novedades con las que contaban.
Mientras tanto los poetas circulaban por la sala, demostrando ya desde su indumentaria el estilo que caracteriza su literatura. Así por ejemplo Washington Cucurto llevaba puestos unos jeans descuidados, una camiseta de fútbol, y encima de ella una campera con “Palermo Chico” inscripto en la espalda; Fabián Casas un jean normal con una remera de Kiss, como cualquier hijo del vecino; Juan Desiderio el look clásico del bohemio que ha pasado largo tiempo recorriendo los pasillos de la facultad de letras; y Rodolfo Edwards un adecuado traje. En fin, todo un esfuerzo para no sorprender a nadie violando el estereotipo.
Una vez superada la espera, empezaron las lecturas. El primer turno fue para Washington Cucurto (Santiago Vega). Fue presentado por Fabián Casas, quien contó: “Cuando lo conocí, lo ví venir y pensé `Este negro de mierda seguro que me roba`. Él, por su parte cuando me vio pensó `Este negro de mierda seguro es puto´”. Como podrá verse, un nuevo intento por no dejar de jugar con la imagen que tanto supo explotar el escritor.
De la lectura de Vega se puede decir muy pocas cosas. Sigue fiel a su estilo, de crónicas sobre el submundo de las clases marginadas de Buenos Aires. En este caso en forma de poesía, pero el único cambio concreto que aportó el formato, fue pretender cierto profundidad que no logró alcanzar en ningún momento y una especie de critica social, muy ingenua y superficial. Imágenes muy simples, que se mantienen atadas al imaginario popular sobre el “cabecita negra”, y solo consiguen sacar una sonrisa cómica de vez en cuando.
El siguiente turno fue de Juan Desiderio, presentado con una anécdota que lo pintaba como un gran metafísico de la carrera de Letras. Las poesías que leyó sin llegar a maravillar tenían sus puntos rescatables. Un buen manejo del ritmo, aprovechando bien el sonido de las palabras, aunque por momentos el registro usado fue bastante pretencioso. Eso si, todo leído de una forma muy expresiva, cual trovador en plaza.
Rodolfo Edwards resulto ser el momento más surrealista de la noche. Vestido con su traje, apareció en escena luego de que Casas contara como lo conoció oyéndolo declamar una arenga política muy brillante en una radio cuyo alcance era de dos cuadras a la redonda. Sus poesías fueron sobre todo simpáticas. Mucho humor, mucho juego de palabras fácil, casi obvio y retratos urbanos de diferentes zonas de Buenos Aires. Divertido para ser escuchado, pero dudoso para tener en la biblioteca. Mención aparte para el final de su participación, anunciando que se dará un gusto, para luego tocar una corneta y tirarse papel picado encima, cual Alacrán después de sus chistes.
El último en leer fue Fabián Casas, el único que ofreció algo realmente interesante. Poesías casi minimalistas, sin despegarse en ningún momento de lo cotidiano, con anécdotas de su pasado y situaciones aparentemente intrascendentes. Pero armando con ellas imágenes muy agradables y cargándolas de un sentido mas elaborado. Muy similar a su prosa, pero aprovechando las libertades que da la poesía para detenerse mas en los detalles.
En definitiva unas lecturas que fueron de menor a mayor, donde ninguno de los escritores pareció muy preocupado en proponer algo nuevo de si mismos.
No es por decir pero…
Apostillas de una jornada con la Joven Guardia…
*Washington Cucurto o Santiago Vega debería practicar un poco antes de leer sus cosas en publico. Son entendibles los nervios, pero si él mismo se equivoca en sus poesías, leyendo signos de pregunta cuando en el poema se afirma, o marcando mal las pausas… ¿Qué podemos esperar de lo que lean los demás?
*Todo bien con que sean chicos que se quieren mucho entre si y que les guste juntarse a hablar. Pero armar un ciclo de lecturas para estar chusmeando una hora o mas, y luego leer durante quince minutos, veinte como mucho… ¿no les parece demasiado?
*Una señora de pelo seudo rojo estaba desesperada por ser el centro de la escena. No conformándose en hacer comentarios a viva voz mientras los demás en silencio escuchaban a los escritores, se paso toda la noche gesticulando para todos lados y haciendo onomatopeyas para demostrar que lo leído era de su agrado.
Lo bueno fue que el vino no faltó y al ser una librería, era fácil distraerse ojeando las estanterías. Eso si, de acercarse a la mesa donde se encontraban los libros de Eloisa Cartonero, debía tenerse mucho cuidado, porque estaba custodiada por dos chicas que no dudaban ni un minuto en acosar a cualquier observador desprevenido vociferando las novedades con las que contaban.
Mientras tanto los poetas circulaban por la sala, demostrando ya desde su indumentaria el estilo que caracteriza su literatura. Así por ejemplo Washington Cucurto llevaba puestos unos jeans descuidados, una camiseta de fútbol, y encima de ella una campera con “Palermo Chico” inscripto en la espalda; Fabián Casas un jean normal con una remera de Kiss, como cualquier hijo del vecino; Juan Desiderio el look clásico del bohemio que ha pasado largo tiempo recorriendo los pasillos de la facultad de letras; y Rodolfo Edwards un adecuado traje. En fin, todo un esfuerzo para no sorprender a nadie violando el estereotipo.
Una vez superada la espera, empezaron las lecturas. El primer turno fue para Washington Cucurto (Santiago Vega). Fue presentado por Fabián Casas, quien contó: “Cuando lo conocí, lo ví venir y pensé `Este negro de mierda seguro que me roba`. Él, por su parte cuando me vio pensó `Este negro de mierda seguro es puto´”. Como podrá verse, un nuevo intento por no dejar de jugar con la imagen que tanto supo explotar el escritor.
De la lectura de Vega se puede decir muy pocas cosas. Sigue fiel a su estilo, de crónicas sobre el submundo de las clases marginadas de Buenos Aires. En este caso en forma de poesía, pero el único cambio concreto que aportó el formato, fue pretender cierto profundidad que no logró alcanzar en ningún momento y una especie de critica social, muy ingenua y superficial. Imágenes muy simples, que se mantienen atadas al imaginario popular sobre el “cabecita negra”, y solo consiguen sacar una sonrisa cómica de vez en cuando.
El siguiente turno fue de Juan Desiderio, presentado con una anécdota que lo pintaba como un gran metafísico de la carrera de Letras. Las poesías que leyó sin llegar a maravillar tenían sus puntos rescatables. Un buen manejo del ritmo, aprovechando bien el sonido de las palabras, aunque por momentos el registro usado fue bastante pretencioso. Eso si, todo leído de una forma muy expresiva, cual trovador en plaza.
Rodolfo Edwards resulto ser el momento más surrealista de la noche. Vestido con su traje, apareció en escena luego de que Casas contara como lo conoció oyéndolo declamar una arenga política muy brillante en una radio cuyo alcance era de dos cuadras a la redonda. Sus poesías fueron sobre todo simpáticas. Mucho humor, mucho juego de palabras fácil, casi obvio y retratos urbanos de diferentes zonas de Buenos Aires. Divertido para ser escuchado, pero dudoso para tener en la biblioteca. Mención aparte para el final de su participación, anunciando que se dará un gusto, para luego tocar una corneta y tirarse papel picado encima, cual Alacrán después de sus chistes.
El último en leer fue Fabián Casas, el único que ofreció algo realmente interesante. Poesías casi minimalistas, sin despegarse en ningún momento de lo cotidiano, con anécdotas de su pasado y situaciones aparentemente intrascendentes. Pero armando con ellas imágenes muy agradables y cargándolas de un sentido mas elaborado. Muy similar a su prosa, pero aprovechando las libertades que da la poesía para detenerse mas en los detalles.
En definitiva unas lecturas que fueron de menor a mayor, donde ninguno de los escritores pareció muy preocupado en proponer algo nuevo de si mismos.
No es por decir pero…
Apostillas de una jornada con la Joven Guardia…
*Washington Cucurto o Santiago Vega debería practicar un poco antes de leer sus cosas en publico. Son entendibles los nervios, pero si él mismo se equivoca en sus poesías, leyendo signos de pregunta cuando en el poema se afirma, o marcando mal las pausas… ¿Qué podemos esperar de lo que lean los demás?
*Todo bien con que sean chicos que se quieren mucho entre si y que les guste juntarse a hablar. Pero armar un ciclo de lecturas para estar chusmeando una hora o mas, y luego leer durante quince minutos, veinte como mucho… ¿no les parece demasiado?
*Una señora de pelo seudo rojo estaba desesperada por ser el centro de la escena. No conformándose en hacer comentarios a viva voz mientras los demás en silencio escuchaban a los escritores, se paso toda la noche gesticulando para todos lados y haciendo onomatopeyas para demostrar que lo leído era de su agrado.
13 comentarios:
dos apostillas
a)si supieran ser oradores no escribirían ¿o nunca escuchaste a Cogtazag cuya pgoninciaciong constegnaguía a un fonitgra?¿y a Neruda leyendo como si fuera el Papa moribundo?¿y a Bo-Bo-Borges?
b)no sé cómo criticás lo esperable ¿para qué vas si tenés coeficiente?
habría que dejar de denunciar el horror de que un brigadier haya sido el Ministro de Cultura porque no sólo militares haciendo política tenemos en nuestro país: de la poesía es evidente que se están encargando talabarteros, verduleros, repositores de supermercados y sordomudos narcisistas!
a) Hay excepciones che, Cortazar es muy agradable leyendose. Ademas mismo entre los que estaban en esa lectura Edwards y Casas sin ser deslumbrante fueron adecuados leyendo.
b)Voy por un lado porque me pidieron compañia, y por otro lado porque:
1. Para confirmar intuiciones
2. Para ver si algo me sorprendia.
3. Porque Casas me parece un escritor muy interesante.
Gracias por el comentario!
Agrego:
a.bis. De todas formas a Cucurto no le critique leer feo, le critique leer mal. Una cosa es leer sin onda como Borges, y otra es equivocarte leyendo lo que vos mismo escribiste.
Quiero decir que para la mayoria de los presentes el peor de todos y culpable del tono retórico y nostálgico de la velada fue Casas, quien organizó el recital, compró los vinos, presentó a los poetas, y cerró la velada, un bochorno que lo pinta de cuerpo entero como el garca numero uno de la literatura argentina.
Por otro lado, todo el recital estuvo teñido por un regusto a cosa re pasada, endogámica, nostálgica y tediosa, re mirando hacia el pasado, casas es muy patético leyendo y leyó poemas de su peor libro, el hombre de overol, o alguien puede sostener que ese libro de casas está bueno? Es lo mismo desde Tuca, que es del 89 !!
... y por último Casas usó un "nosotros" para agradecer y homenajear a su editor, "Santiago Arcos", que realmente no sabemos a quienes incluía, porque ninguno de los otros tres poetas ni siquiera conocia al editor, y el único editado en ella es el mismo Casas... el único que debía rendir cuentas y adular en público.
Y Edwards, Cucurto y Desiderio tuvieron que pagar de lo que solo comió Casas, esa es tu literatura javier simeoni, para que sepas, porque por lo visto no entendés mucho de poesia y mejor antes de escribir en un blog andá a leer un tiempo, despues volvé, te esperamos...
Karmmonn, que orgullo tener un experto en poesia como vos en mi blog, de haber sabido te hubiese dedicado un par de lineas. Una personalidad como vos, leyendome, no sabes que gusto me da.
Creo que no te nombre porque no se ni quien mierda sos. Ah, eso si, si lo supiera quizas me importaria un poco tu consejo sobre que lea poesia.
Ahora, que digas que los otros pagaron "los poemas malos" de Casas.... ¿no te parece demasiado? Digo si lo de Fabian Casas era malo, ¿para lo que leyo Cucurto que adjetivo usas?.
Sinceramente no veo la relacion entre tu comentario lleno de bronca y que no se relaciona mucho con la poesia, con tu consejo de que lea mas poesia antes de escribir.
En todo caso me tengo que informar sobre rencores y broncas que tienen "celebridades" como vos. Porque si no lei mal tus criticas fueron mas de contexto que sobre los poemas leidos.
En fin... de nuevo, gracias por perder parte de tu "expertisimo" tiempo en leerme, y escribir un par de lineas sin sentido en mi blog
Por otro lado, la libreria es de Santiago Arcos, asi que solo por el hecho de dejarlos usar el local para leer, a los 4, los cuatros debian hacer ese agradecimiento.
Y por ultimo. "Esa es tu literatura". Disculpame, esa sera la tuya. Yo cuando leo (o escucho, en este caso) paso de prestar atencion a los puterios de egos, y me concentro en escuchar (o leer) lo escrito.
Quizas vos deberias prestar mas atencion a eso, o quizas lo tuyo no sea la literatura, sino Rial...
Me mató eso de "los poetas circulaban por la sala, demostrando ya desde su indumentaria el estilo que caracteriza su literatura". ¿Qué viste, querido? ¿Puede uno deducir de la ropa de Cucurto su escritura, tanto poética como narrativa? ¿Desiderio te pareció un bohemio de letras? ¿Edwards y su "adecuado traje" ponen en acto su "poesía simpática"? Casas, con sus 42 años, ¿luce una remera de Kiss "como cualquier hijo de vecino"?¿A cuántos tipos de 42 años ves lucir remeras de Kiss? Parece que te indigestaste con tu propio microclima, querido, y hablás de un estereotipo que sòlo vos construís. Podrías haber prescindido de esos comentarios, le quitan seriedad a todo el resto.
Tomate dos minutos en sentarte a pensar. ¿No es a fin a un escritor que escribe sobre y desde "las clases bajas", una camiseta de futbol, un jean maltratado y una camperita tipo addidas? ¿No es a fin a un tipo que escribe "desde el barrio", haciendo mencion repetidamente a la cultura de "su generacion, una vestimenta informal, con una remera de Kiss? ¿No es a fin a un tipo que juega con lo culto de forma ironica, como Edwards, presentarse de traje? ¿Y no te alcanza con ver la foto de Desiderio para entender la onda que curte?.
Querido, con cariño te diré: sos un pichi. Tu manera de elucubrar deducciones "literarias" y establecer correspondencias entre texto y look, son bastante pueriles. Cada poeta se puso encima lo que encontró a mano o lo que tuvo ganas. Las interpretaciones corren por tu cuenta. Pero ese modo de insinuar o imaginar de qué forma deberìa vestirse cada uno según su filiación temático-poètica, tiene la virtud de reunir en un mismo paquete a lo màs ganso tanto de la tilingada posmoderna como de la paja psicobolche: a tales textos, tales camisas, tales peinados y tales zapatillas. Realmente -insisto- no hacìa falta ese comentario. Tal vez este mismo comentario esté sobrando. Sí, sí, está sobrando. Más vale que me calle aquí.
Querido, con cariño te dire: ¿Quien sos? Digo, porque debes ser como el amigo Karmonn un super groso para andar por la vida diciendo quien es pichi o no. Te aclaro que si, soy un pichi, flor de pichi, en ningun momento dije lo contrario. "Corre por tu cuenta" andar por la vida midiendote la pija para ver que tan groso sos.
Con respecto a las correspondencias... ¿que queres q te diga? Me dijsite que no habia relacion, te mostre la relacion, y ahora resulta que son "pueriles". Yo no dije que se hayan matado pensando antes de salir de su casa que ropa iban a usar para demsotrar que cosa. Solamente dije que desde el "look" ya algo se decia sobre el estilo literario de cada uno. La relacion existe, te la demostre.
Por otro lado, claro que las interpretaciones corren por mi cuenta. El que escribio la reseña fui yo, ¿no? ¿Por cuenta de quien van a correr? Ah, disculpa, la proxima vez me asomo abajo de la baldoza y te pregunto.
Por ultimo yo no dije que esa relacion "look" / "estilo" necesariamente tenga que darse siempre. De hecho, si me pareciera algo normal no lo hubiese nombrado. Lo curioso en este caso fue esa correspondencia existio.
Por ultimo, si hacia falta o no ese comentario, ira por gusto y cuenta de cada uno.
Y vos debes estar demasiado aburrido para andar leyendo lo que dice un pichi como yo.
(un poco tarde mi comentario..)
me hice presente aquel dia en la presentacion de los 4 libros.. en algunos puntos debo decir que coincido contigo.
Cucurto no sabe ni leer .. y es mas de lo mismo. Casas deberia bajar un poco su ego supongo, y si su actitud al leer fuera otra, sin duda que sus poesias tomarian otro color mas interesante. De Desiderio puedo decir que mas alla de que su poetica sea excelente o berreta, el tipo te mete en un clima que te lleva a pasear por los versos como quiere..y de Edwards..que decir ? yo hice una clinica de poesia con el y lo respeto mucho como poeta..su libro es preciso y de pasajes notables..creo que de aquella velada, fue lo mejor.. el y su papel picado..sin entrar en elogios sublimes ni nada por el estilo..porque ninguno ha tenido una impecable lectura y quien sabe que tan buenos seran aquellos libros..
ah y si..
yo tambien me percate de la vieja del pelo rojizo..INSOPORTABLE..jaja
saludos sr.
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