28 de diciembre de 2008
22 de diciembre de 2008
Aunque nadie nos quiera, siempre quedará Paris...
Algunos lo estábamos esperando con impaciencia y finalmente llegó: el primer adelanto de lo que en febrero será "Years of refusal", el nuevo disco del viejo Morrissey.
Hoy mismo se escuchó por primera vez en la radio inglesa y, por obra y gracia de la piratería, ya lo podemos colgar en De Filias y Fobias para que los amantes del gran Mozz vayan paladeando lo que se viene.
Tras la explosión hormonal de su anterior disco, Morrissey vuelve a sentirse triste y solitario, por eso decide abrazar a París, porque, según dice, solamente el acero y la piedra de esa ciudad aceptan su amor...
No agradezcan, solamente disfruten de esta bella canción....
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Musica
8 de diciembre de 2008
El disco del desasosiego
(Manifiesto Desastre, Nacho Vegas) Después de varios experimentos, algunos más afortunados que otros, Nacho volvió a las fuentes y se despachó con una obra cien por cien Vegas. Lo que significa que estamos en presencia de un disco oscuro, áspero, y visceral como los de antaño.
Los intentos de ampliar fronteras grabando un CD con Bunbury –que sólo conformaba a los seguidores de Vegas precisamente en aquellas canciones donde él tomó la batuta- o Christina Rosenvinge –más breve, con más protagonismo de Vegas, por lo tanto más convincente- parecieran no haber resultado del todo exitosos, porque acto seguido sacó el hermético Lucas XV, con canciones autóctonas de su tierra, solamente escuchable para gente de buena voluntad.
Después se tomó un respiro editando un merecido grandes éxitos, y ahora volvió a la creación con un disco clásico de él, pero quizás un poco más directo y literal que de costumbre. Por momentos se aparta de las grandes fábulas e historias que suele contar en sus canciones, volcándose hacia un registro autobiográfico, que paradójicamente suena mucho más tremendo que la más dantesca de sus antiguas narraciones.
Musicalmente no presenta mayores novedades, a no ser por una mayor nitidez y prolijidad, herencia de los trabajos con Bunbury y Rosenvinge. De todas formas lo que predomina es el sonido rugoso y cargado que siempre caracterizó los trabajos de Nacho.
También están los famosos temas “excepción”, como Detener el tiempo o Crujidos, donde sin dejar las letras oscuras, elige un sonido más amable, casi hitero y pegadizo, que puede hacer que en un descuido se termine cantando barbaridades mientras se camina por la calle. Si uno se deja llevar, puede oírse vociferar “Siempre nos quedara, dry martín y sexo anal” (el estribillo de la canción de difusión del disco, Dry martín SA) lo cual no queda precisamente bien.
Pero la mayoría son canciones kafkianas en el clima, como Tercer día o Monduber. El caso más paradigmático es el tema que cierra el disco, Morir o matar, con casi seis minutos de una letra prácticamente recitada con un ritmo minúsculo, e instrumentación mínima, que solo en algunos momentos concretos se vuelve más intensa y le da un tufo pesadillezco que acompaña perfectamente la oscuridad de la letra. Mención aparte merece la canción En lugar del amor: una ranchera escrita “a dúo” entre Nacho Vegas y Fernando Pessoa (algunos versos de la canción están sacados de poesías del poeta portugués).
Puede que no sea su mejor disco, pero “Manifiesto Desastre” seguramente va a terminar muy bien posicionado en su discografía. Lo único que podría criticársele es lo cerrado de su música. Nacho Vegas es uno de esos músicos que encantan o repugnan. Su sonido, sus letras, no son para cualquier oído. Puede resultar asfixiante, e incluso molesto su fatalismo dependiendo de quien lo escuche. Lo que si es claro es que no es un músico de primera oída. Quienes no lo conozcan deberían darle un tiempo, y las escuchadas suficientes como para asimilar el registro musical y literario en el que se mueve el músico asturiano.
Los seguidores de Nacho, sin embargo, seguramente van a mostrarse agradecidos de volver a escucharlo en estado puro: sin diluirse con otros músicos ni esconderse tras el rol de simple intérprete.
Para muestra sobra un boton...
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Musica
2 de diciembre de 2008
Teatro ahí nomás
(Berestowoik, Walter Jakob y Carolina Zaccagnini, teatro El Silencio de las Negras) Una obra de teatro que te encierra en una sala de 3x3 con otras 20 personas, actores incluidos. No apta para claustrofóbicos, Berestowoik convierte a los espectadores más que nunca en una cuarta pared, pero con ojos, narices y contorno 3D. Propone ser la mampostería chusma de la casa en que tres hombres se amontonan y, como nosotros, meten las narices en las vidas de los que tienen al lado, muy cerca.
Los Berestowoik son familia servio-argentina, solamente de varones, formada por un tío jugador compulsivo, y dos sobrinos: un enamorado de folletín y un bailarín reprimido que los cuida a todos. En algún momento aparece un terapeuta de jugadores anónimos que interviene en la dinámica familiar y la desordena un poco. No más que eso, esa es la historia.
Todo es ordinario (de común, no de grasa, eh), y también los es el registro de los actores (Marcelo Mariño, Luis Aponte, Walter Jakob y Horacio Marassi) que no tienen la tonalidad clásica teatral que tanto cuesta asimilar a los que no somos asiduos espectadores de esta disciplina. Allí todo es de entrecasa y la forma de decir también.
Aunque no es aburrida, en la obra en realidad no pasan grandes cosas, o si suceden, ocurren en otros lugares que tenemos que imaginar por los dichos de los protagonistas o por sonidos lejanos. Lo que si se nos muestra son actos cotidianos, donde con pequeños gestos, los hombres que viven en esa habitación delatan sus sentimientos y sus cambios existenciales.
El hallazgo de Berestowoik consiste precisamente en el aprovechamiento de la limitación espacial, que obliga al espectador a una inclusión casi impúdica en la escena. Los olores de la comida, desodorantes y medicinas invaden la sala e incluyen sensitivamente a protagonistas y público que en su totalidad forman parte de la puesta.
También tenemos a centímetros los cambios de ropa y de estado de ánimo de la familia, todos estamos expuestos a una intervención involuntaria, aunque más no sea con un estornudo o una respiración demasiado fuerte. Atrapados en la suerte de los que encarnan la historia, se nos encerró en su misma escenografía de todos los días, junto a la repisa, el teléfono, y el grabador con casetes de Beto Orlando y Las Primas.
Por último, un consejo: aunque recomendamos ver Berestowoik, elijan para ir un día en que no haga demasiado calor, la fórmula de amontonamiento teatral puede ser muy efectiva artísticamente, pero puede ser letal en circunstancias donde las altas temperaturas hacen que estar cerca no sea muy bueno.
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teatro
29 de noviembre de 2008
El gran galán de este muy feliz cumpleaños
(Festejo de los diez años solista de Francisco Bochatón, en vivo en Niceto, 28 de noviembre de 2008) La propuesta era tan prometedora como atemorizante: Francisco Bochatón festejando sus diez años como solista con un recital en Niceto. Si se tenía en cuenta que en sus últimos shows venía haciendo equilibrio sobre la delgada línea del ridículo (o cayendo directamente en él) por su dudoso estado de sobriedad, en esta ocasión, en la que tenía una buena excusa para entregarse a los excesos, todo podía terminar en un desastre.
Sin embargo, “De Filias y Fobias” tenía que estar presente en dicho acontecimiento, al igual que tantos otros fieles seguidores de Bochatón. Porque cada cual tiene los ídolos que se merece. Y con quién nos sentiríamos mas identificados que con un anti-héroe como Francisco, que sube al escenario y nos hace ver cómo podríamos ser cualquiera de nosotros si estuviéramos en uno. Y si tuviéramos talento, claro esta.
El fracaso se hacia temer también al llegar al lugar, por la escasa cantidad de gente en la pista esperando desde las veintiún horas el inicio del recital, tal como estaba pautado. Pero a medida que avanzaba el tiempo, el público fue llegando y a las veintidós y tantas, cuando Bochatón subió al escenario, la cantidad de asistentes ya era considerable. Primera prueba superada.
El recital empezó titubeante, los primeros acordes no sonaban del todo bien, Francisco tampoco y sus intentos de jugar con el público haciéndolo cantar fracasaban rotundamente. Porque si bien sus indulgentes fans, hacen oídos sordos (literalmente) a sus pifies instrumentales y vocales, también lo hacen frente a cualquier pedido de demostración tribunera.
A medida que avanzaba la noche, el repertorio elegido por el ex Peligrosos Gorriones fue levantando a la gente y tapando las posibles imperfecciones con potencia. Canciones dignas de un festejo, para saltar y gritar, como “El gusano”, “Estacas” o “El gorila”, junto con versiones aceleradas y roqueritas de temas como “Tu voz se va” o “Te amo”, lograron que el público bochatoniano, generalmente apático, terminara saltando y coreando las letras, a un punto que ni el mismo Francisco parecía creerlo.
Los ya casi (¿tristemente?) famosos monólogos no podían faltar. Preguntando si alguien había llevado flores o una torta para regalarle por su cumpleaños, repitiendo una y otra vez que era una fiesta, y filosofando sobre su identidad como poeta, generaba respuestas efusivas de la gente, que hasta incluso le improvisó un feliz cumpleaños. Pero su stand up en esta ocasión se limitó a eso. Quizás por el hecho de haber brindado solo con agua mineral (al menos en el escenario) o porque estaba demasiado distraído disfrutando la respuesta del público a cada mínima invitación suya.
La noche subió de temperatura y calidad de canción en canción, a tal punto que hacia el final de la noche, la gente terminó coreando y haciendo pogo de una forma que, suponemos, Bochatón no habrá visto desde sus viejos tiempos con los Peligrosos Gorriones.
Tal vez en eso haya contribuido que cuatro de los últimos temas hayan sido clásicos gorrioneros como “Amo el Jardín”, “Siempre Acampa”, “Por tres monedas” o “Manicomio gris”.
La noche prometía tanto como lo que amenazaba. Por suerte los temores resultaron infundados y las promesas fueron cumplidas una por una. Tanto es asi que este recital podría ubicarse entre los mejores de los diez años de Bochatón como solista. Solamente le faltó una mayor cantidad de los temas “delicados”, pero se perdona porque era un cumpleaños y no podía andar deprimiéndose.
Una imagen vale mas que mil palabras
"Por tres monedas" Una demostración de la efusividad de la gente en el festejo, y una prueba de que uno se parece a sus ídolos: Si Bochatón desafina, la gente lo hace aún más.
"La Calle" Con Francisco y su verborragia a flor de piel.
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Musica
26 de noviembre de 2008
Memorias del XXIII Festival de Cine de Mar del Plata
El peligroso camino hacia la belleza
Ashes of time Redux. Wong Kar-Wai (1994-2008)
Dicen que esta película le quitaba el sueño a Wong Kar-Wai. Dicen que desde que filmó la primera versión (al mismo tiempo que filmaba la impecable Chunging Express) nunca había quedado conforme, dicen que no le bastó con extender la filmación hasta lo intolerable (como de costumbre) ni con torturar a sus actores de siempre (como de costumbre, también). Dijo -él mismo al presentarla en Cannes- que ahora el público está preparado para verse una de samurais como dios manda y que era momento de dársela. Entonces el Sr. Wong se tomo el trabajo de filmar un par de escenas otra vez, de volver a editar algunos pasajes demasiado largos, cambiarle la banda de sonido y sacar a la luz otra vez la más desconocida de sus producciones.
No se puede decir que Ashes of time Redux sea una mala película, quizá sea más exacto decir que es demasiado buena. La historia legendaria de un asesino a sueldo a la oriental, a pesar de las catanas, las pelucas y los trajes de época conserva todas las marcas de las películas de WKW: la tortuosa historia de amor casi imposible- casi-, las tres o cuatro historias que se cruzan, las tomas enmarcadas que te hacen sentir como un espía, los objetos tratados temerariamente como si fueran actores y el uso antinaturalista de la cámara lenta y del ultra personal ralentine (que acá hace increíblemente interesante cada escena de lucha). Pero, a pesar de eso, o tal vez a causa de todo eso, la sensación que se tiene al ver la versión final de esta película de WKW es que no supo bien cuándo detenerse.
Nadie que guste de las películas de este director ignora que el camino hacia la estilización, el purismo de la imagen y el preciosismo obsesivo se venía tranformado en un viaje sin regreso. La aceleración un poco violenta de Fallen Angels y Chunging Express fue mutando a partir de Days of Being Wild y Happy Together a un trato obsesivo de la imagen y del guión que encontró su “punto caramelo” en In the Mood of Love, pero que ya se ubicaba en el límite de lo tolerable en 2046. El salto en el gran mercado hollywodense con My Blueberry nigths pareció desconcentrarlo – preocupado por armar ese monstruo con cara de comedia de Meg Ryan y cuerpo de cine de autor-. Pero, evidentemente, en su interior sospechaba que se podía llegar más lejos, y se sacó el gusto. Ashes of time Redux tiene el problema de estar demasiado bien filmada. En cada toma, la luz, la cámara, los colores, la fotografía parececen haber sido meditadas para cortar la respiración. Cada escena es voluntariamente una demostración de lo que puede la dupla WKW-Chris Doyle. Pero el resultado final termina pareciendo un catálogo de recursos estéticos (un catálogo pretencioso) que, lejos de conmover, satura, cansa y decididamente aburre.
Dicen que Paul Valery dijo que un poema no sé termina, se abandona. Después de ver esta “nueva” película de quien supo ser uno de los directores más interesantes del momento, no se puede evitar pensar que alguien - algún amigo bien intencionado- tendría que haberle soplado al oído ; “Che, Kar-Wai, no la toques más, dejala como está...”.
Ashes of time Redux. Wong Kar-Wai (1994-2008)
Dicen que esta película le quitaba el sueño a Wong Kar-Wai. Dicen que desde que filmó la primera versión (al mismo tiempo que filmaba la impecable Chunging Express) nunca había quedado conforme, dicen que no le bastó con extender la filmación hasta lo intolerable (como de costumbre) ni con torturar a sus actores de siempre (como de costumbre, también). Dijo -él mismo al presentarla en Cannes- que ahora el público está preparado para verse una de samurais como dios manda y que era momento de dársela. Entonces el Sr. Wong se tomo el trabajo de filmar un par de escenas otra vez, de volver a editar algunos pasajes demasiado largos, cambiarle la banda de sonido y sacar a la luz otra vez la más desconocida de sus producciones.
No se puede decir que Ashes of time Redux sea una mala película, quizá sea más exacto decir que es demasiado buena. La historia legendaria de un asesino a sueldo a la oriental, a pesar de las catanas, las pelucas y los trajes de época conserva todas las marcas de las películas de WKW: la tortuosa historia de amor casi imposible- casi-, las tres o cuatro historias que se cruzan, las tomas enmarcadas que te hacen sentir como un espía, los objetos tratados temerariamente como si fueran actores y el uso antinaturalista de la cámara lenta y del ultra personal ralentine (que acá hace increíblemente interesante cada escena de lucha). Pero, a pesar de eso, o tal vez a causa de todo eso, la sensación que se tiene al ver la versión final de esta película de WKW es que no supo bien cuándo detenerse.
Nadie que guste de las películas de este director ignora que el camino hacia la estilización, el purismo de la imagen y el preciosismo obsesivo se venía tranformado en un viaje sin regreso. La aceleración un poco violenta de Fallen Angels y Chunging Express fue mutando a partir de Days of Being Wild y Happy Together a un trato obsesivo de la imagen y del guión que encontró su “punto caramelo” en In the Mood of Love, pero que ya se ubicaba en el límite de lo tolerable en 2046. El salto en el gran mercado hollywodense con My Blueberry nigths pareció desconcentrarlo – preocupado por armar ese monstruo con cara de comedia de Meg Ryan y cuerpo de cine de autor-. Pero, evidentemente, en su interior sospechaba que se podía llegar más lejos, y se sacó el gusto. Ashes of time Redux tiene el problema de estar demasiado bien filmada. En cada toma, la luz, la cámara, los colores, la fotografía parececen haber sido meditadas para cortar la respiración. Cada escena es voluntariamente una demostración de lo que puede la dupla WKW-Chris Doyle. Pero el resultado final termina pareciendo un catálogo de recursos estéticos (un catálogo pretencioso) que, lejos de conmover, satura, cansa y decididamente aburre.
Dicen que Paul Valery dijo que un poema no sé termina, se abandona. Después de ver esta “nueva” película de quien supo ser uno de los directores más interesantes del momento, no se puede evitar pensar que alguien - algún amigo bien intencionado- tendría que haberle soplado al oído ; “Che, Kar-Wai, no la toques más, dejala como está...”.
http://www.sonyclassics.com/ashesoftimeredux/trailer.html
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Cine
24 de noviembre de 2008
Para pasar el calor
El calor se nos vino encima, ya no hay qué pueda evitarlo.... el famoso bochorno invade la ciudad y no queda otra que remarla lo mejor posible.
Con ese fin, el personal de De Filias y Fobias acerca hasta ustedes esta bonita canción de Jakobo, especial para escuchar con una copa de algo fresco en mano y ver el sol caer...
Disfruten, ardientes lectores de "Costa Rica" de Jakob Dylan....
Con ese fin, el personal de De Filias y Fobias acerca hasta ustedes esta bonita canción de Jakobo, especial para escuchar con una copa de algo fresco en mano y ver el sol caer...
Disfruten, ardientes lectores de "Costa Rica" de Jakob Dylan....
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Musica
11 de noviembre de 2008
El jueves vuelve House
Usted mencionó que cuando pensó en House, una de las influencias fue Sherlock Holmes, porque su personaje era un “detective médico”.
–Sí, esa era una de mis respuestas al principio, porque sentía que House era un personaje con muchas facetas. Para mí, Sherlock Holmes es uno de los iconos más grandes entre los personajes de ficción. Lo que más me gusta de él es que lo único que le importa es descubrir la verdad, con un enfoque frío y analítico que me parece muy interesante y que no he visto demasiado. Además está el hecho de que vivimos en una sociedad donde parece haber una batalla entre emoción e intelecto y que solemos inclinarnos por la emoción. Creo que a veces nos quedamos cortos con el intelecto. Y House ciertamente siente eso. Así que hemos hecho algunos guiños aquí y allá. El hecho de que House consuma drogas fue más una coincidencia, pero Holmes suena como “home” (hogar) y nuestro personaje es House (casa)... Su mejor amigo es Wilson, en lugar de Watson. Esos guiños son más para divertirnos que otra cosa, pero Sherlock Holmes sí fue una inspiración.
(David Share, creador de la serie)
–Sí, esa era una de mis respuestas al principio, porque sentía que House era un personaje con muchas facetas. Para mí, Sherlock Holmes es uno de los iconos más grandes entre los personajes de ficción. Lo que más me gusta de él es que lo único que le importa es descubrir la verdad, con un enfoque frío y analítico que me parece muy interesante y que no he visto demasiado. Además está el hecho de que vivimos en una sociedad donde parece haber una batalla entre emoción e intelecto y que solemos inclinarnos por la emoción. Creo que a veces nos quedamos cortos con el intelecto. Y House ciertamente siente eso. Así que hemos hecho algunos guiños aquí y allá. El hecho de que House consuma drogas fue más una coincidencia, pero Holmes suena como “home” (hogar) y nuestro personaje es House (casa)... Su mejor amigo es Wilson, en lugar de Watson. Esos guiños son más para divertirnos que otra cosa, pero Sherlock Holmes sí fue una inspiración.
(David Share, creador de la serie)
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Tele
10 de noviembre de 2008
Mucho, de todo
(Historias Extraordinarias. Mariano Llinás) Mariano Llinás anda zarpado. Su película, “Historias Extraordinarias” se despreocupa de todas las convenciones con las que nos sentamos habitualmente a ver cine, se burla de todas ellas y las deja de lado.
El primer gran desafío es el tiempo: el film dura más de cuatro horas. En las proyecciones que por estos días en el Malba, el propio director recibe a los espectadores y los advierte sobre la peculiaridad temporal. Inmediatamente proporciona unos cuantos datos duros y consejos para sobrellevar la aventura de pasarse tanto rato en el cine. H. E. está dividida en 18 capítulos (numeración práctica que le da seguridad de finitud al que siente que está viendo la remake de La Historia sin fin) y cuenta con dos intervalos para estirar las piernas y acudir a los lugares excusados. El mismo maestro de ceremonias también tira data sobre la dirección del kiosco más cercano donde los espectadores pueden hacerse de provisiones para no sucumbir de inanición antes del final.
La segunda es el uso, como principal herramienta narrativa, de la voz en off. Todos crecimos bajo el axioma que rezaba que si un cineasta tiene que echar mano a la voz en off es que no sabe filmar. Bueno, a Llinás le importa muy poco el principio y hace que el impulso de la película caiga en tres narradores. La mayoría de los diálogos, y casi toda la información necesaria para entender lo que sucede, tienen lugar en una suerte de fuera de campo visual y son confiadas a la palabra de los locutores. Las narraciones son las que le dan ritmo, nos ubican temporalmente, y funcionan como personajes omniscientes que nos cuentan lo que pasó, lo que va pasar e, incluso, lo que nunca pasará.
La tercera y última, es la desmesura, la desproporción, en el afán de contar historias. Parece que a Llinás no le alcanza la película para contar todo lo que quiere contar. Si bien hay tres historias principales que estructuran el film, estas se abren caprichosas en otras muchas otras, se dispersan y vuelven a su cause para después perderse. Desde los pueblos provincianos argentinos hasta Bombay o Alemania, nada es ajeno a la película, que demuestra que hasta en los lugares màs rutinarios o aburridos pueden suceder historias extraordinarias. Durante las cuatro horas, tramas complejas e historias mínimas conviven y se entremezclan, se viaja por sitios donde pasa mucho y otros en los que no pasa casi nada. En este punto, la obra a veces tira un poco demasiado de la cuerda y en cierto modo perjudica la solución del final (o los finales) porque se contó tanto, que el mira siente que la película podría tranquilamente continuar, y cualquier fin se vuelve artificial, casi una traición a su propia naturaleza.
Hay muchas otras cosas que deberían decirse de Historias Extraordinarias, pero se corre el peligro de caer en su mismo desborde de extensión, y los asientos frente a sus pc no son tan cómodos como los del malba. Basta con decir que es una película gallita, que provoca y que somete a prueba al que la ve y que vale la pena por cuatro horas de un domingo, ir y ponerle el pecho.
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Cine
6 de octubre de 2008
9 de septiembre de 2008
Pibe chorro (o "Un ladrón de guante negro")
("1810: La revolucion vivida por los negros", Washington Cucurto, Ed. Emece.) “Que hablen de mí, aunque sea para destrozarme”. Esa parecería ser la premisa fundamental que guía la obra de Santiago Vega, cuando se pone tras la máscara de Washington Cucurto. Un fenómeno bastante particular. Para algunos solamente un gran vendedor de humo, para otros uno de los pocos escritores realmente revolucionarios de la narrativa argentina.
Para entenderlo quizás serviría una comparación con “la cumbia villera”. La gente que consume ese estilo de música, ante cualquier planteo que busque poner en duda su calidad, contesta que no es “calidad” lo que buscan, sino diversión. Algunos, van mas allá con la defensa, y plantean que es un género que hace eco de una cultura diferente, normalmente excluída de la sociedad. Esos mismos argumentos son los que suelen encontrarse en los defensores de la literatura de Santiago Vega.
Las similitudes entre ambos estilos son muchas. Comparten el mismo registro de palabras y el mismo imaginario (mujeres como objeto sexual, el protagonista como una suerte de sex machine, la cumbia como puerta a la felicidad, entre otras cosas). También el estilo de humor es similar, siempre optando por el chiste fácil.
Incluso en la forma de presentar la “crítica social” ambos estilos son parecidos. Una especie de bombardeo de lugares comunes, sin demasiada elaboración ni pretensión más allá de decir lo que todo el mundo sabe. Podría interpretarse esto último como parodia, apelando a la imagen del “cabeza”. Pero eso dejaría sin argumentos a quienes ponen a Vega en el rol de portavoz de los “marginados”, y lo volvería un simple escritor humorístico que repite una y otra vez el mismo prejuicio.
Pero la comparación se trunca en el momento en el que los libros de Washington Cucurto, a diferencia de “la cumbia villera”, no son consumidos por la clase social de la que supuestamente se hacen eco. Es probablemente mas fácil encontrar un léctor suyo en la zona de Palermo Viejo que en el Gran Buenos Aires.
Pero aun aceptando las virtudes que suelen atribuírsele, se hacia evidente que su obra estaba cayendo en la repetición. Al insistir siempre con el mismo “chiste”, empezó también a perder lo divertido. Lo novedoso de sus cuentos, poesías y novelas ya estaba dejando de ser tal, desde el momento en el que todas ellas giraban alrededor del mismo tópico.
Es por eso que la primera sensación que uno tiene cuando lee “1810, la revolución vivida por los negros”, es que se trata de un intento de Cucurto de darle aire fresco a su obra.
El libro se abre con un prólogo ficcional, sumamente irónico, en el que Santiago Vega le propone a Cucurto reescribir la historia para revolucionarla, al igual que revolucionó la literatura. En él no deja pasar la oportunidad para, de paso, soltar algunos palazos contra el canon y la crítica adversa a sus obras.
Finalizado el prólogo esboza una suerte de manifiesto “cumbiantero”, donde repite más o menos lo mismo que puede leerse en cualquiera de sus otros libros, y recién entonces empieza el libro en si.
Argumentalmente, la historia plantea que la familia Cucurto es en realidad descendiente de un hijo ilegítimo de San Martín. A partir de esa premisa se arma una reescritura del periodo de independencia del país.
Obviamente se trata de un libro auto-paródico, donde no solo no se pretende ningún tipo de factibilidad histórica, sino que también abundan los chistes anacrónicos, con hechos de la realidad actual. Los soldados de la revolución son esclavos traídos de África, que disfrutan de una música antecesora de la cumbia, fumando una hierba traída de África (antecesora de la marihuana), y pasan el tiempo montando enormes orgías.
En el caso de que uno no se haya visto abandonado por el deseo de leer el libro después de ver la tapa (Vega disfrazado de San Martín con un traje en tonos rosas), leyendo el prólogo quizás podría tentarse ante lo supuestamente original de la propuesta. Pero la realidad es que la originalidad no pasa de ser un espejismo.
Lejos de encontrar la visión “cucurtiana” de la revolución, lo que uno encuentra es exactamente lo mismo que en otros libros de Vega, con cambios sutiles en los sustantivos. La originalidad por momentos parece limitarse a hacerle decir a San Martín lo mismas palabras que en otros libros dice Cucurto, o cambiarle levemente el nombre a la cumbia o la marihuana.
Una vez despojado del rol de portavoz de la clase popular, a Santiago Vega solo le queda su mote de revolucionario u original para defender su obra. Pero esa característica la esta perdiendo lentamente al copiarse una y otra vez a si mismo.
El único punto de vista bajo el que se le podría encontrar una virtud a “1810: La revolución vivida por los negros”, es el de una suerte de manifiesto en contra del canon. Una burla a si mismo y a la vez al mercado editorial, al publicar en Emece una novela que parece escrita en una noche, bajo los efectos lapidarios de alguna sustancia tóxica.
Pero al finalizar el libro y meditar sobre los treinta y ocho pesos que uno tuvo que pagar para leerlo, más bien lo que se siente es que la burla fue contra uno mismo.
Para entenderlo quizás serviría una comparación con “la cumbia villera”. La gente que consume ese estilo de música, ante cualquier planteo que busque poner en duda su calidad, contesta que no es “calidad” lo que buscan, sino diversión. Algunos, van mas allá con la defensa, y plantean que es un género que hace eco de una cultura diferente, normalmente excluída de la sociedad. Esos mismos argumentos son los que suelen encontrarse en los defensores de la literatura de Santiago Vega.
Las similitudes entre ambos estilos son muchas. Comparten el mismo registro de palabras y el mismo imaginario (mujeres como objeto sexual, el protagonista como una suerte de sex machine, la cumbia como puerta a la felicidad, entre otras cosas). También el estilo de humor es similar, siempre optando por el chiste fácil.
Incluso en la forma de presentar la “crítica social” ambos estilos son parecidos. Una especie de bombardeo de lugares comunes, sin demasiada elaboración ni pretensión más allá de decir lo que todo el mundo sabe. Podría interpretarse esto último como parodia, apelando a la imagen del “cabeza”. Pero eso dejaría sin argumentos a quienes ponen a Vega en el rol de portavoz de los “marginados”, y lo volvería un simple escritor humorístico que repite una y otra vez el mismo prejuicio.
Pero la comparación se trunca en el momento en el que los libros de Washington Cucurto, a diferencia de “la cumbia villera”, no son consumidos por la clase social de la que supuestamente se hacen eco. Es probablemente mas fácil encontrar un léctor suyo en la zona de Palermo Viejo que en el Gran Buenos Aires.
Pero aun aceptando las virtudes que suelen atribuírsele, se hacia evidente que su obra estaba cayendo en la repetición. Al insistir siempre con el mismo “chiste”, empezó también a perder lo divertido. Lo novedoso de sus cuentos, poesías y novelas ya estaba dejando de ser tal, desde el momento en el que todas ellas giraban alrededor del mismo tópico.
Es por eso que la primera sensación que uno tiene cuando lee “1810, la revolución vivida por los negros”, es que se trata de un intento de Cucurto de darle aire fresco a su obra.
El libro se abre con un prólogo ficcional, sumamente irónico, en el que Santiago Vega le propone a Cucurto reescribir la historia para revolucionarla, al igual que revolucionó la literatura. En él no deja pasar la oportunidad para, de paso, soltar algunos palazos contra el canon y la crítica adversa a sus obras.
Finalizado el prólogo esboza una suerte de manifiesto “cumbiantero”, donde repite más o menos lo mismo que puede leerse en cualquiera de sus otros libros, y recién entonces empieza el libro en si.
Argumentalmente, la historia plantea que la familia Cucurto es en realidad descendiente de un hijo ilegítimo de San Martín. A partir de esa premisa se arma una reescritura del periodo de independencia del país.
Obviamente se trata de un libro auto-paródico, donde no solo no se pretende ningún tipo de factibilidad histórica, sino que también abundan los chistes anacrónicos, con hechos de la realidad actual. Los soldados de la revolución son esclavos traídos de África, que disfrutan de una música antecesora de la cumbia, fumando una hierba traída de África (antecesora de la marihuana), y pasan el tiempo montando enormes orgías.
En el caso de que uno no se haya visto abandonado por el deseo de leer el libro después de ver la tapa (Vega disfrazado de San Martín con un traje en tonos rosas), leyendo el prólogo quizás podría tentarse ante lo supuestamente original de la propuesta. Pero la realidad es que la originalidad no pasa de ser un espejismo.
Lejos de encontrar la visión “cucurtiana” de la revolución, lo que uno encuentra es exactamente lo mismo que en otros libros de Vega, con cambios sutiles en los sustantivos. La originalidad por momentos parece limitarse a hacerle decir a San Martín lo mismas palabras que en otros libros dice Cucurto, o cambiarle levemente el nombre a la cumbia o la marihuana.
Una vez despojado del rol de portavoz de la clase popular, a Santiago Vega solo le queda su mote de revolucionario u original para defender su obra. Pero esa característica la esta perdiendo lentamente al copiarse una y otra vez a si mismo.
El único punto de vista bajo el que se le podría encontrar una virtud a “1810: La revolución vivida por los negros”, es el de una suerte de manifiesto en contra del canon. Una burla a si mismo y a la vez al mercado editorial, al publicar en Emece una novela que parece escrita en una noche, bajo los efectos lapidarios de alguna sustancia tóxica.
Pero al finalizar el libro y meditar sobre los treinta y ocho pesos que uno tuvo que pagar para leerlo, más bien lo que se siente es que la burla fue contra uno mismo.
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Libros
30 de agosto de 2008
Musica de fondo para cualquier fiesta limada (o "En la variedad esta la diversion")
Diez discos, mis diez discos preferidos. Pauta que podría reescribirse como “los diez discos que te llevarías a una isla desierta” o “los diez discos que elegirías si solo pudieras escuchar diez en toda tu vida”.
Como ya mis compañeras se esforzaron en hacer notar, los criterios para elegirlos pueden ser miles, pero todos ellos tendrán un factor común: el capricho.
Yo, el criterio que elegí es simplemente los discos que más veces y con más disfrute he escuchado. He ignorado lo que a lo mejor es el criterio más importante, es decir, la vigencia a través de los años.
Algunos de estos discos no los escucharía en este momento, pero en determinado momento de mi vida los he gastado hasta el infinito. De hecho, quizás por eso no los escucharía ahora.
Podría escribir tres páginas justificándome, pero dejémoslo así, y pasemos a la justificación individual de cada elección. Van en orden de preferencia, de menor a mayor.
Como ya mis compañeras se esforzaron en hacer notar, los criterios para elegirlos pueden ser miles, pero todos ellos tendrán un factor común: el capricho.
Yo, el criterio que elegí es simplemente los discos que más veces y con más disfrute he escuchado. He ignorado lo que a lo mejor es el criterio más importante, es decir, la vigencia a través de los años.
Algunos de estos discos no los escucharía en este momento, pero en determinado momento de mi vida los he gastado hasta el infinito. De hecho, quizás por eso no los escucharía ahora.
Podría escribir tres páginas justificándome, pero dejémoslo así, y pasemos a la justificación individual de cada elección. Van en orden de preferencia, de menor a mayor.
11 (para no ser menos). ENEMIGOS INTIMOS (JOAQUIN SABINA – FITO PAEZ)
La poesía de Sabina – no la mejor, pero suya al fin-, más la maquina de hacer hits de Fito Páez -quizás el único talento que aún conserva. No esta lo mejor de ninguno de los dos en este disco, pero la mezcla les salió perfecta. He puesto repeat de lo lindo con él, y he puteado muchísimo porque no hubo presentación en vivo.
10. EL AMOR DESPUES DEL AMOR (FITO PAEZ) Si, Fito esta dos veces en la lista de mis preferidos, ¿y qué? Cuando escribí que había algunos que seguramente ahora no escucharía, juro que era este disco el que tenía en la cabeza. Pero no llego a tener claro si es porque las canciones quedaron viejas o porque como tiene tantos “hits”, ya están todos absolutamente quemados. Lo que si se es que en su momento le saque el lustre de lo lindo a este CD, el primero que habitó en mi casa con ese formato. Ni hace falta nombrar las canciones, todos las conocemos.
9. FIN DE SEMANA SALVAJE (LOS BRUJOS)
Pocos discos me divirtieron, me divierten y me divertirán tanto como este de Los Brujos. Es el himno al quilombo. "Kanishka", "La canción del Cronopio", "No te dejes caer". Quizás podemos dudar de su calidad (no estoy seguro), pero imposible no ponerse a saltar escuchándolos.
Pocos discos me divirtieron, me divierten y me divertirán tanto como este de Los Brujos. Es el himno al quilombo. "Kanishka", "La canción del Cronopio", "No te dejes caer". Quizás podemos dudar de su calidad (no estoy seguro), pero imposible no ponerse a saltar escuchándolos.
8. TANGO 4 (CHARLY GARCIA – PEDRO AZNAR)
Es uno de esos discos que no escucharía en este momento, pero forma parte de mi infancia tanto como los ThunderCats e Indiana Jones. Además, tiene entre su repertorio una improvisación como “Mala Señal”, merece ser incluído en esta lista.
7. ALTA SUCIEDAD (ANDRES CALAMARO) La cima antes de la bajada. El mejor Calamaro por donde se lo mire, más prolijo, mejores letras, sus mayores hits. Canciones para todos los gustos, desde hits con letras pegadizas y tontas, hasta baladas tristes con letras cuidadas.
6. AUTOCHOCADOR (JAIME SIN TIERRA) El disco por excelencia de mi adolescencia. Y como la adolescencia es sobre todas las cosas sufrimiento, es imposible que su disco emblemático no sea este. Doce canciones para cantar a los gritos como terapia para el mal de amores, o cualquier tipo de mal. La música de fondo para cualquier depresión profunda. Autochocador, Torta, Ping!, todas cortinas de algún sufrimiento lejano.
5. MIEDO AL ZUMBIDO DE LOS MOSQUITOS (NACHO VEGAS)
Si Jaime Sin Tierra es sinonimo de depresion adolescente, Nacho Vegas es el amo y señor de la depresion adulta. Y este EP es la mejor prueba de eso: Abre con "En La Sed Mortal", el gran manifiesto de Vegas, y cierra con "Brujita", donde muestra que ser un drogado suicida no significa que no se puede ser tambien un poco tierno.
4. PINTAME LOS LABIOS (FRANCISCO BOCHATON) Un disco redondito. Después de la furia claustrofobica de "Cazuela", Bochaton se despacho con este EP donde no sobra absolutamente ningún tema. Si a eso le sumamos el trabajo de depuración que hizo Cerati con el sonido, el resultado es obvio. Repeat loco durante horas. “22:33”, “Pinamar”, “Puerto Amar”, las mejores canciones de la carrera del amigo Bochaton.
3. Piano (Daniel Melero) La perfección hecha disco. Alguien podría decirme que es trampa, porque es en realidad una suerte de “grandes éxitos”. Pero muchas de las versiones de este disco son parientes lejanas de las versiones originales. Si Melero se dedicara a sacar más discos como este y rompiera menos con la electrónica, muchos nos sentiríamos agradecidos.
2. ARTAUD (PESCADO RABIOSO) Disco que jamás me cansare de oír. Ya supero los treinta años y si lo sacara una banda hoy por hoy seria elogiada por su actualidad y calidad. Lo mejor de Spinetta, y sin el factor somnífero que atenta contra la mayoría de sus trabajos. “Todas las hojas son del viento”, “Bajan”, “Cementerio club”, “Las cantatas de los puentes amarillos”, y “Por”, quizás la mejor letra de la historia del rock nacional. Imposible no enviciarse con este disco.
2. ARTAUD (PESCADO RABIOSO) Disco que jamás me cansare de oír. Ya supero los treinta años y si lo sacara una banda hoy por hoy seria elogiada por su actualidad y calidad. Lo mejor de Spinetta, y sin el factor somnífero que atenta contra la mayoría de sus trabajos. “Todas las hojas son del viento”, “Bajan”, “Cementerio club”, “Las cantatas de los puentes amarillos”, y “Por”, quizás la mejor letra de la historia del rock nacional. Imposible no enviciarse con este disco.
1.FOLD YOUR HANDS CHILD, YOU WALK LIKE A PEASANT (BELLE & SEBASTIAN) Mi disco preferido, de mi banda preferida. Me acuerdo cuando los conocí, baje “The Wrong Girl” de internet. Acto seguido y sin más preámbulo baje toda la discografía. Y fui escuchando tema por tema, disco por disco, sin desilusionarme jamás. Salvo quizás por el último disco. De todas formas, si es difícil encontrar una canción de ellos que no me guste, hay que estar seguro que no es en este disco donde se va a lograr. “I fought in a war”, “The chalet lines”, “Family tree”, y el ya nombrado “The wrong girl”, todas canciones dignas de figurar en un top ten de mis canciones preferidas.
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27 de agosto de 2008
Tócala de nuevo (y de nuevo, y de nuevo...) Sam
Odio hacer listas, me pongo nerviosa, dudo, me conflictúo...
¿En qué cabeza cabe que alguien puede casarse con 10 discos por toda su vida?
La lista no puede sino cambiar permanentemente, entran salen, me enamoro y me desenamoro de discos todo el tiempo... No soy tan coherente.
Pero, si te llaman a jugar, es mala educación decir que no. Y como el personaje de Michael Fox de "Volver al fururo" no tolero que me llamen "Gallina". Por eso aunque sé que una vez cerrada voy a acordarme de injustos olvidos y voy a morir por reescribir este post o sumarle parches justicieros, acá va mi lista...
Pero primero establezcamos los criterios generales que me permitieron armar la renuente lista. No soy capáz de justificar cada elección una por una como lo hicieron otros de mis compañeros de blog. El resultado puede parecer caótico y arbitrario (y en verdad lo es), pero todos los títulos coexisten en el ilógico y heteróclito universo que forma mi particularísimo gusto. Y aunque no lo parezca, tiene sus reglas: para evitar la trampa que supondría caer en pasajeros enamoramientos o infaustaciones temporales, decidí sólo incluir aquellos discos que cumplan algunas condiciones básicas que los hace ser digno de este galardón. Todos los discos más abajo citados:
- Me acompañaron, al menos, por 5 años (una medida prudente para saber que una relación de amor musical es genuina).
- Pueden ser escuchados con cualquier estado de ánimo y en cualquier momento del día e, invariablemente, producen exactamente la misma alegria (hay ciertos títulos muy oportunos para situaciones puntuales que no se sostienen en otras, esos tuvieron que ser depurados).
- Tienen una rara influencia sobre el botón de repeat de mi equipo. Si el sentido común no lo impidiera o no existiera el riesgo de gastarlos, cada uno de ellos podrían sonar una y otra vez hasta el fin de los días sin provocar hartazgo.
- Pueden ser detectados cuando suenan en un lugar público en menos de 5 segundos independientemente de lo lejano que se escuche o los decibeles del ruido ambiente. Convierten cualquier lugar en mi casa.
- Son recomendables e irrecomendables en proporciones iguales. Fueron grabados en infinitas oportunidades para un infinito número de allegados (lo que llevó tambien a perderlos muchisimas veces). Quisiera que todos (TODOS) sintieran lo mismo que yo al escucharlos, dediqué horas a defenderlos y no pierdo oportunidad de hacerlos sonar en fiestas y reuniones aún a riesgo de despertar la ira pública (también como excusa para escucharlos una-vez-más y ). No puedo entender cómo pueden NO guastarles a alguien, pero, internamente, sé que no son de todos, que son mágicos sólo para mí.
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16 de agosto de 2008
El secreto de mi éxito
Finalmente se supo: antes de salir a cantar, Bono se pega un nariguetazo.
Pero a no desesperar, el católico defensor de las causas nobles y justas, aunque toma de la buena, no se entregó al flagelo de las drogas. Según el diario Clarín en su edición de ayer, el líder de U2, no pisa el escenario sin introducir en su fornido cuerpo una buena dosis de sal. Según cree, aspirando este polvito se le aclarara la voz y alcanzará las notas más altas de su repertorio. Así que, los que quieran imitar al futuro papa irlandés, a comprar paquetes de Tres Anclas!!!
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13 de agosto de 2008
Están tocando nuestra canción
Nadie nos lo pidió, nadie está intrigado y no somos nada originales, pero nos encanta mirarnos el ombligo. Entonces, a partir de hoy, y en sucesivos post van a conocer los discos que en el nada modesto entender de los redactores de De Filias y Fobias son “los más mejores” del mundo de la música.
Las siguientes listas estarán plagadas de arbitrariedades, de escandalosas justificaciones y, quizá de alevosas faltas de criterio y seriedad. En muchas ocasiones se nos caerá el documento y se notará la década en que se formaron nuestros gustos musicales. En otras, el lector tendrá que soportar repeticiones y mínimas variaciones en los preferidos de cada uno, pero, resulta que los autores de este blog crecieron juntos y la hermandad hizo que alguna de sus filias y fobias se parecieran. Los nombres tampoco tienen un orden de importancia, porque todos fueron los preferidos en una época, para luego ceder el lugar a otro o retomar la cima según el estado de ánimo del votante.
Por todo esto pedimos perdón, y aquí van, estos son los discos que, aunque pasen los años no podemos ni queremos dejar de escuchar:
Las siguientes listas estarán plagadas de arbitrariedades, de escandalosas justificaciones y, quizá de alevosas faltas de criterio y seriedad. En muchas ocasiones se nos caerá el documento y se notará la década en que se formaron nuestros gustos musicales. En otras, el lector tendrá que soportar repeticiones y mínimas variaciones en los preferidos de cada uno, pero, resulta que los autores de este blog crecieron juntos y la hermandad hizo que alguna de sus filias y fobias se parecieran. Los nombres tampoco tienen un orden de importancia, porque todos fueron los preferidos en una época, para luego ceder el lugar a otro o retomar la cima según el estado de ánimo del votante.
Por todo esto pedimos perdón, y aquí van, estos son los discos que, aunque pasen los años no podemos ni queremos dejar de escuchar:
Los 10 según P.S.
Canción Animal. Soda Stereo: Mi banda de sonido adolescente. Mucho póster, casete gastado de tanto escuchar y mi primer recital de estadio. "Canción Animal" está registrado con cada acorde y cada letra en el disco rígido de las pocas hormonas juveniles que me quedan.
Achtung baby. U2: El disco en que los U2 dejaron las calzas negras para decidirse a hacer música del siglo XXI. Cuando Achtung llegó a los minicomponentes doble casetera no entendimos demasiado, pero nuestros oídos de medio pelo sospecharon que nacía un clásico y no se equivocaron.
You are the Quarry. Morrissey: Mozz resucita de sus cenizas y se digna de enseñarnos a todos porqué es el mejor de Los Smiths.
You are the Quarry. Morrissey: Mozz resucita de sus cenizas y se digna de enseñarnos a todos porqué es el mejor de Los Smiths.
Alta Suciedad. Andrés Calamaro: el disco en que Calamaro se pone a punto caramelo y cumple con lo que ya prometía en "Nadie Sale Vivo de aquí". Tiene “El tercio de los sueños”, la canción de amor- a- primera- vista- fallido de mejor comienzo de la historia musical: “Tenías el vestido más horrible de todo el tendido, trataba de llamarte la atención de un modo oportuno, pero solo tenías ojos para el matador de toros, el tercio de los sueños se había terminado para mí” .
Music in a foreign languages. Lloyd Cole: justificaciones ya dadas oportunamente, para refrescar ideas, hagan click acá Desintegration. The Cure: Canciones con un nudo en la garganta, oscuridad y golpes bajos, instrumentaciones interminablemente bellas, la voz decadente de Robert Smith y "Pictures of you" hacen de Desintegration el combo perfecto para todo buen depresivo con sensibilidad musical.
El Album. Fricción: Por Richard Coleman encadenado a un micrófono cantando "Héroes", y listo.
Esta boca esta boca es mía. Joaquín Sabina: representa la música española, pero bien. Siempre en el delicado límite entre lo simple y lo grasa, entre lo directo y lo chabacano, Joaquín Sabina aprovecha el idioma para que sus canciones se vuelvan poesía.
Mundo de Acción. Francisco Bochatón: cuando Bochatón se volvió menos Girondo y más romántico. "El candado", "Vida Simple" y otras son obras eternas del gran cantautor desafinado platense.
Foreign Affairs. Tom Waits: quizás el más redondo de los discos del viejo Tom. Un clásico para escuchar copa en mano
Grandes Exitos. Miguel Bosé. Como si esta lista no fuera lo suficiente incoherente y ecléctica, dejé para el nro. 11, fuera de programa, como suerte de confesión final, de esas que se guardan para pasada la medianoche susurrar vergonzosamente, al gran Miguel. Bosé no tiene un disco entero bueno, por eso este grandes hits con su foto en la tapa resulta perfecto para tener en nuestras discotecas al admirado efebo español. Las mejores canciones de su repertorio para canturrear mientras se limpia la casa o en un viaje en colectivo. Si, chorrea grasa, pero lo banco a Bosé.
Music in a foreign languages. Lloyd Cole: justificaciones ya dadas oportunamente, para refrescar ideas, hagan click acá Desintegration. The Cure: Canciones con un nudo en la garganta, oscuridad y golpes bajos, instrumentaciones interminablemente bellas, la voz decadente de Robert Smith y "Pictures of you" hacen de Desintegration el combo perfecto para todo buen depresivo con sensibilidad musical.
El Album. Fricción: Por Richard Coleman encadenado a un micrófono cantando "Héroes", y listo.
Esta boca esta boca es mía. Joaquín Sabina: representa la música española, pero bien. Siempre en el delicado límite entre lo simple y lo grasa, entre lo directo y lo chabacano, Joaquín Sabina aprovecha el idioma para que sus canciones se vuelvan poesía.
Mundo de Acción. Francisco Bochatón: cuando Bochatón se volvió menos Girondo y más romántico. "El candado", "Vida Simple" y otras son obras eternas del gran cantautor desafinado platense.
Foreign Affairs. Tom Waits: quizás el más redondo de los discos del viejo Tom. Un clásico para escuchar copa en mano
Grandes Exitos. Miguel Bosé. Como si esta lista no fuera lo suficiente incoherente y ecléctica, dejé para el nro. 11, fuera de programa, como suerte de confesión final, de esas que se guardan para pasada la medianoche susurrar vergonzosamente, al gran Miguel. Bosé no tiene un disco entero bueno, por eso este grandes hits con su foto en la tapa resulta perfecto para tener en nuestras discotecas al admirado efebo español. Las mejores canciones de su repertorio para canturrear mientras se limpia la casa o en un viaje en colectivo. Si, chorrea grasa, pero lo banco a Bosé.
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24 de julio de 2008
De santos, revoluciones, guerras y otros seres fantasticos
("Sesenta relatos" / "El Colombre", Dino Buzzati) Por uno de esos caprichos del mundo editorial, el nombre de Dino Buzzati a la mayoría de nosotros nos puede llegar a sonar absolutamente desconocido, a pesar de haber sido elogiado por el propio Borges y de ser uno de los preferidos de Italo Calvino. Hasta hace pocos años era imposible leelo traducido al español, exceptuando el “El desierto de los tártaros” o alguna que otra obra aislada.
Por suerte existe también la costumbre en el mundo editorial de, sin razón aparente, empezar a publicar y traducir las obras de autores que hasta ese momento parecían haber caído en el más absoluto olvido.
Este es el caso de Dino Buzatti, quien desde hace unos cinco años esta empezando a ser editado tanto por la editorial Gadir, como por Acantilado, españolas ambas. Si bien este hecho hace que para acceder a dichas obras uno tenga que desembolsar su buen dinero, siempre va a costar mas barato que un curso acelerado de italiano
Los “Sesenta Relatos” y “El colombre” son una perfecta oportunidad para zambullirse de cabeza al mundo del italiano. Dos extensos muestrarios que lentamente nos van dejando conocer las diferentes obsesiones del escritor y sus múltiples facetas.
Desde cuentos pesadillezcos y opresores al mejor estilo Kafkaiano, hasta fábulas con cierta moraleja escondida. Cuentos donde lo mágico se infiltra en la realidad, al mejor estilo de Calvino, pasando por ecos de Guy de Maupassant y Borges.
Sus narraciones podrían separarse en tres grupos básicos, que son reformulados una y otra vez. Por un lado las “religiosas”, pequeñas fábulas que incluyen a santos y a Dios, pero ambientados en un mundo anacrónico, fantástico. Los milagros en ese mundo son algo cotidiano, los ermitaños son seres mágicos, santos. Dios es una presencia constante en la vida de los hombres. A partir de esa premisa se desarrollan historias a veces de humor, y otras veces aleccionadoras.
Por otro lado aparecen los cuentos de suspenso, o terror. Estos en su mayoría tienen como protagonista principal a la guerra o a la revolución. Son presentadas como una gran bestia que se infiltra en la realidad, destrozando todo a su paso; es el Apocalipsis que amenaza constantemente a los protagonistas de las historias. Pero la mayoría de las veces no son nombradas.
Hay un tópico que Buzzati reformula una y otra vez: La guerra y la revolución se aproximan, la gente huye o simplemente se paraliza, incapaz de reaccionar de ninguna forma para evitar el desastre, imposibilitada siquiera de nombrarlo a no ser en voz baja, o con miradas de terror.
Por ultimo los cuentos de realismo fantástico. Una gota sube lentamente una escalera atemorizando a un edificio, cucarachas se vuelven gigantes para vengar a sus compañeras aplastadas, un hombre cansado de su monótona vida se convierte en sapo, un agujero en el subte de Milán deja en evidencia una entrada al infierno, la muerte permite a un soldado ir a despedirse de su madre antes de llevárselo para siempre. Decenas de cuentos parecen planteados en forma de “te imaginas si…”, el autor deja salir su imaginación y nos invita a jugar con las posibilidades que nacen de ella.
Por suerte existe también la costumbre en el mundo editorial de, sin razón aparente, empezar a publicar y traducir las obras de autores que hasta ese momento parecían haber caído en el más absoluto olvido.
Este es el caso de Dino Buzatti, quien desde hace unos cinco años esta empezando a ser editado tanto por la editorial Gadir, como por Acantilado, españolas ambas. Si bien este hecho hace que para acceder a dichas obras uno tenga que desembolsar su buen dinero, siempre va a costar mas barato que un curso acelerado de italiano
Los “Sesenta Relatos” y “El colombre” son una perfecta oportunidad para zambullirse de cabeza al mundo del italiano. Dos extensos muestrarios que lentamente nos van dejando conocer las diferentes obsesiones del escritor y sus múltiples facetas.
Desde cuentos pesadillezcos y opresores al mejor estilo Kafkaiano, hasta fábulas con cierta moraleja escondida. Cuentos donde lo mágico se infiltra en la realidad, al mejor estilo de Calvino, pasando por ecos de Guy de Maupassant y Borges.
Sus narraciones podrían separarse en tres grupos básicos, que son reformulados una y otra vez. Por un lado las “religiosas”, pequeñas fábulas que incluyen a santos y a Dios, pero ambientados en un mundo anacrónico, fantástico. Los milagros en ese mundo son algo cotidiano, los ermitaños son seres mágicos, santos. Dios es una presencia constante en la vida de los hombres. A partir de esa premisa se desarrollan historias a veces de humor, y otras veces aleccionadoras.
Por otro lado aparecen los cuentos de suspenso, o terror. Estos en su mayoría tienen como protagonista principal a la guerra o a la revolución. Son presentadas como una gran bestia que se infiltra en la realidad, destrozando todo a su paso; es el Apocalipsis que amenaza constantemente a los protagonistas de las historias. Pero la mayoría de las veces no son nombradas.
Hay un tópico que Buzzati reformula una y otra vez: La guerra y la revolución se aproximan, la gente huye o simplemente se paraliza, incapaz de reaccionar de ninguna forma para evitar el desastre, imposibilitada siquiera de nombrarlo a no ser en voz baja, o con miradas de terror.
Por ultimo los cuentos de realismo fantástico. Una gota sube lentamente una escalera atemorizando a un edificio, cucarachas se vuelven gigantes para vengar a sus compañeras aplastadas, un hombre cansado de su monótona vida se convierte en sapo, un agujero en el subte de Milán deja en evidencia una entrada al infierno, la muerte permite a un soldado ir a despedirse de su madre antes de llevárselo para siempre. Decenas de cuentos parecen planteados en forma de “te imaginas si…”, el autor deja salir su imaginación y nos invita a jugar con las posibilidades que nacen de ella.
Si bien un tanto desparejo, muchos de estos pequeños relatos de Buzzati alcanzan un grado de calidad tal que uno podría tranquilamente llamarlos clásicos. El talento que posee para poner incomodo al lector solo con insinuaciones, sin nombrar jamás el peligro que acecha; la diversión que transmite cuando simplemente se propone jugar con su imaginación; y su forma de crear mundos mágicos, haciendo que estos nos rodeen por completo, justificarían de sobra tal denominación.
Para muestra sobra un boton...
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19 de julio de 2008
El corazón sobre todo
(Manuel Moretti, en vivo en El Nacional, 17 de julio del 2008) Había pasado la noche en vela. Manuel Moretti dijo que sentó en una silla a su vaso de whisky para que le haga compañía y siguió hasta el final el debate por las retenciones en el Senado. Unas horas después, sin haber pegado un ojo, estaba cantando en San Telmo.
Quienes exigían afinación y complejidad instrumental no estaban en un buen lugar. Despojado de la máscara rockerita de Los Estelares, Moretti se sobrexpuso en soledad con su guitarra y sus canciones. Dos o tres acordes, su voz y su humor maltratados por el insomnio, acompañaron un recital en el que la fuerza estuvo en la poesía y la sonoridad de las palabras.
Las canciones solistas de Moretti podrían ser letras de tangos. Hablan de ciudades, viajes, abandonos y melancolías. Describen paisajes y estados de ánimo, dejan al autor con el alma en paños menores, y provocan una mezcla de incomodidad y placer para el que las escucha. El repertorio recorrió temas del disco “La mañana del aviador”, algunos inéditos y canciones viejas de Estelares.
Incluyó “Julia”, “Compro Flores”, “Autobuses”, “Línea D”, todas composiciones que muestran el embrión de Estelares, los momentos de un repertorio imposible de encajar, por suerte, en las listas de alta rotación de las FM.
Terminaba la noche, el alcohol había corrido con generosidad, tanto sobre el escenario como entre el respetable auditorio, que ya no podía ser tal. El cantante de Los Estelares había olvidado su inhibición y el público su recato. Todos cerraron el recital cantando a los gritos en un karaoke borracho. Es que los efluvios etílicos liberan todos los músculos, el corazón sobre todo…
Para muestra, sobra un botón...
Incluyó “Julia”, “Compro Flores”, “Autobuses”, “Línea D”, todas composiciones que muestran el embrión de Estelares, los momentos de un repertorio imposible de encajar, por suerte, en las listas de alta rotación de las FM.
Terminaba la noche, el alcohol había corrido con generosidad, tanto sobre el escenario como entre el respetable auditorio, que ya no podía ser tal. El cantante de Los Estelares había olvidado su inhibición y el público su recato. Todos cerraron el recital cantando a los gritos en un karaoke borracho. Es que los efluvios etílicos liberan todos los músculos, el corazón sobre todo…
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